Hay algunos conceptos básicos que conviene conocer antes de tomar la decisión de invertir en un fondo de inversión y que habitualmente se dan por conocidos.
Uno de los conceptos clave es el de valor liquidativo, o precio, de un fondo.
Al suscribir un fondo de inversión, pasamos a formar parte de una Institución de Inversión Colectiva, una forma de sociedad de la que compramos una parte, una participación, convirtiéndonos en partícipes del fondo.
Cada participación podría representarse como porciones de una tarta por la que hemos pagado un precio, de acuerdo con la valoración de cada participación, o valor liquidativo.
Es muy importante conocer el valor liquidativo de un fondo y cómo se calcula, ya que es la base para el cálculo de la rentabilidad.
El objetivo común de esta sociedad de partícipes es obtener la máxima rentabilidad por el dinero aportado por cada uno.
La gestión del capital, o patrimonio de los partícipes, corre a cargo de una sociedad gestora que toma las decisiones de los activos en que ha de invertir el fondo (acciones, bonos u otros) y administra el patrimonio a cambio del cobro de una comisión sobre el patrimonio suscrito por cada partícipe, lo que se conoce como comisión fija o de gestión.
Interviene también la sociedad depositaria, responsable de la custodia del patrimonio del fondo, tanto valores como efectivo, y que asume algunas funciones de control sobre la actividad de la gestora, con el objeto de proteger a los partícipes.
La comisión de depósito del fondo es el coste que el participe asume por las funciones de custodia y control de la depositaria y, como sucede con la comisión de gestión, se descuentan diariamente del patrimonio del fondo y reducen su valor liquidativo, por lo que es muy importante conocer estas y otras comisiones que el fondo puede llevar asociadas.
El valor liquidativo se calcula diariamente a partir de la valoración de todos los activos que integran la cartera del fondo.
Cada uno de estos activos tiene una valoración en los mercados organizados en que cotizan, para poder asegurar unas condiciones de liquidez y transparencia que permitan esta valoración diaria.
Para calcular el valor liquidativo de un fondo de inversión se divide el patrimonio del fondo por el número de participaciones existentes.
Es un cálculo que hace la gestora y que publica diariamente a través de su propia página web, de la prensa o de distribuidores de información financiera (p. ej. www.quefondos.com).
Además de ser el precio que paga el inversor por cada participación, el valor liquidativo es la base de referencia para el cálculo de la rentabilidad de la inversión o beneficio que podría obtener cuando el inversor decida vender sus participaciones, o efectuar un reembolso del fondo. Un reembolso que, por lo general, se hará efectivo en un plazo máximo de tres días hábiles, si bien este plazo puede extenderse en algunos casos hasta cinco días hábiles.
La rentabilidad del fondo se calcula como el porcentaje de variación del valor liquidativo entre dos fechas. El proceso de compraventa de un fondo funciona por tanto como cualquier otro.
Si el inversor decide reembolsar su inversión y vender las participaciones que inicialmente adquirió, a un precio superior al de su adquisición, habrá obtenido una ganancia en su inversión.
Por el contrario, si compró a un precio superior al que decide vender – bien porque necesite el dinero o bien porque el fondo entre en pérdidas y tema perder aún más – habrá sufrido una pérdida en su inversión.