El húngaro André Kostolany, fue uno de los especuladores más reconocidos mundialmente. Aunque empezó estudiando filosofía e historia del arte, las circunstancias de la vida le condujeron al mundo bursátil. Con su particular estilo de inversión consiguió obtener una gran rentabilidad en plena caída de la bolsa en 1929, haciendo operaciones bajistas durante esa época. Poseía conocimientos de finanzas, economía y política y, sobre todo, mucho sentido común para detectar las buenas oportunidades y superar los malos momentos.
A lo largo de su trayectoria ha dejado numerosas frases célebres que han conformado una base teórica sólida que sirve de metodología para la inversión. Una de sus ideas más firmes fue que “nunca hay que enamorarse de una acción y hay que saber separarse de ella cuando se grita SOS”. Con esto quería transmitir que en el mundo de las finanzas hay que tener un comportamiento racional y no se puede tener apego por ninguna acción, por muy bien que funcione en un determinado periodo.
La clave del éxito en la bolsa es plantearse una estrategia probada que tenga sentido común y un fundamento financiero lógico. Cuando se acude al mercado bursátil, los inversores suelen tener un comportamiento programado como el que se emplea en la vida real, que puede llevar a la ruina. Por ello, se debe tener un control psicológico muy fuerte para no fracasar.
Esto es lo que quería reflejar Kostolany con esta frase, que aquellos que se “enamoran” de una acción irán a la quiebra con total seguridad, puesto que estas siguen tendencias cambiantes. Por mucho que se valore una compañía y sus acciones, cuando lleguen al precio objetivo se deben vender si realmente se quiere ganar dinero en la Bolsa. Y mucho más cuando se está en una situación de pánico, hay que dejar de lado el apego por esa acción que tan buenos resultados ha obtenido y desprenderse de ella.
En el proceso de inversión, en ocasiones se cometen errores y se debe aprender a vender a tiempo. Ya no se trata solo de las posibles pérdidas ocasionadas por una operación, sino del coste de oportunidad de no estar invirtiendo en otra alternativa más rentable. Por esto, según André, aunque se esté muy convencido respecto a una oportunidad de inversión o una operación determinada, si las circunstancias demuestran que no era como podíamos considerar, hay que saber deshacerse de las acciones.
El arte de la inversión lleva su tiempo, sobre todo porque se deben tener en cuenta aspectos psicológicos a la hora de invertir. Hay que aprender a tener un enfoque en el que la paciencia sea la clave y no dejarse llevar por el pánico.
Self Bank, con el objetivo de que los ciudadanos tengan un conocimiento previo sobre cómo funciona el mundo bursátil, recoge distintos conceptos financieros a través de frases famosas en el libro «15+1 crisis de la bolsa». Una guía para que los futuros inversores tengan una mayor comprensión sobre el funcionamiento de la bolsa.