La asignación de activos o asset allocation es el proceso por el que se decide qué proporción de una cartera de inversión se debe destinar a los diferentes tipos de activos, con el fin de elevar al máximo las ganancias reduciendo al mínimo los riesgos.
Las cuatro clases de activos principales son:
-Acciones
-Bonos
-Efectivo
-Inmuebles
Desde Fidelity recuerdan que estas clases de activos poseen diferentes características en cuanto al riesgo -es decir, la probabilidad de que su valor suba y baje con el tiempo- y la rentabilidad -cuánto pueden crecer-.
Cuando se es joven, tal vez lo mejor sea invertir en activos con un mayor potencial de revalorización pero mayor riesgo, porque hay tiempo para beneficiarse de su crecimiento a largo plazo. A medida que se acerca la jubilación, tal vez sean más adecuadas las inversiones más conservadoras, más regulares en lo que se refiere al riesgo y la rentabilidad:
Crear una cartera eficaz implica alcanzar un buen equilibrio entre las cuatro clases de activos, que se adecúe a tu actitud hacia el riesgo y la rentabilidad.