A veces la terminología utilizada para referirse a los fondos de inversión puede confundir a los inversores. Los compartimentos pueden ser uno de esos casos. De un mismo fondo, se pueden crear diferentes compartimentos o sub-fondos, distinto cada uno de ellos en aspectos de vital importancia al seleccionar un fondo, como son su política de inversión o su régimen de comisiones, lo que supondrá un valor liquidativo y una rentabilidad diferentes.
Un fondo puede tener un compartimento que invierta sólo en renta variable, mientras que otro compartimento del mismo fondo se defina en su política de inversión como de renta fija y un tercero como mixto. Cada uno de estos compartimentos, a su vez, puede tener una o más clases, con diferentes esquemas de comisiones.
También es posible que algunos gastos de gestión de los fondos por compartimentos sean compartidos, con lo que se distribuirían entre los partícipes de todos los compartimentos; o pueden ofrecer la ventaja de no aplicar comisiones en caso de traspasos entre compartimentos del mismo fondo. Cada compartimento, y cada clase de participación, al tener un esquema de comisiones distinto, puede tener un valor liquidativo distinto y, por tanto, una rentabilidad también diferente.
La razón por la que las gestoras suelen crear diferentes clases de participaciones de un mismo fondo es la adecuación a diferentes tipos de cliente en cuanto a su capacidad inversora y el esquema de comisiones que se aplica a unos u otros.
Por lo general, los dos grandes grupos inversores a los que se dirigen las diferentes clases son los individuales y los institucionales; en el primer grupo las aportaciones mínimas requeridas para invertir en esa clase pueden variar en un espectro de entre 0 y 5.000 euros, mientras que en el caso de los clientes institucionales el volumen de participación mínima puede ser de cientos de miles o de millones de euros. Así por ejemplo, en la clase para inversores institucionales del fondo M&G Optimal Income, la inversión mínima es de 500.000 euros, mientras que la clase para inversores individuales se puede suscribir desde 1.000 euros.
Entre ambos extremos podemos encontrar diferentes opciones que, dependiendo del volumen de inversión, aplicarán diferentes esquemas de comisiones. En algunos casos, las clases se crean para indicar la exposición o no a divisas del fondo, ya que algunos inversores no están dispuestos a asumir riesgo divisa. Podría por tanto decirse que las clases son como diferentes puertas de acceso a la inversión en un fondo.
Para un inversor individual, la elección de una clase u otra dependerá fundamentalmente de tres factores: la estructura de comisiones, la cantidad total de la inversión y el horizonte temporal de esa inversión. Y hay que tener en cuenta que estos elementos pueden ir cambiando. La estructura de comisiones de una Clase puede cambiar, o el inversor puede decidir incrementar la aportación al fondo, o puede que el periodo durante el que vaya a mantener la inversión aumente o se reduzca. Por estas razones, es importante revisar con regularidad la clase del fondo en que se ha invertido.
El primer paso para conocer la oferta de clases de participación de un fondo es leer con atención el folleto, especialmente la información relativa a la estructura de comisiones del partícipe. Si no está familiarizado con la terminología utilizada en el folleto, debería consultar con un asesor financiero que pueda orientarle y ayudarle, ya que no todas las gestoras utilizan la misma letra para identificar la clase para inversores institucionales y particulares, por ejemplo.
Los costes asociados a la inversión en fondos se deducen típicamente del patrimonio que se haya invertido en el fondo, por lo que pueden afectar a la rentabilidad de la inversión. Las comisiones de gestión y depósito, por los servicios de la gestora y el depositario, son implícitas, deduciéndose del valor liquidativo del fondo.
Las comisiones de suscripción y reembolso pueden ser a favor de la gestora o del propio fondo y son un coste explícito para el partícipe, ya que se le aplican en el momento en que se realiza la suscripción o el reembolso, como un porcentaje del importe suscrito o reembolsado y deduciéndose de este. Existe también la posibilidad de que se cobren comisiones por traspasos de un compartimento a otro, dentro del mismo fondo.
Ejemplos de fondos con distintos compartimentos son Schroder Gaia o Renta 4 multigestion.
Paula Mercado, directora de análisis de VDOS