Las acciones, también conocidas como valores o renta variable, permiten a los inversores comprar pequeñas participaciones de las empresas. Si hay un millón de acciones en una empresa, cada una de ellas representa una millonésima parte de la compañía.
Cualquier persona o grupo que posea al menos una acción es accionista de esa compañía y, cuantas más acciones posea, será propietario de la empresa en mayor medida. Ser titular, incuso de una pequeña parte de una empresa de éxito, confiere el derecho a aprticipar del dinero que gana.
De este modo, puede llegar a obtener una rentabilidad a largo plazo mucho mayor de la que conseguiría si dejara su dinero en el banco. Para numerosos inversores esta posibilidad hace que les merezca la pena asumir los riesgos que implica invertir en acciones.
Las acciones brindan la posibilidad de ganar dinero de dos maneras:
La primera de ellas es mediante dividendos en efectivo que son pagos regulares que se financian con los beneficios de la empresa y que suelen abonarse cada seis meses. El importe que se abona en forma de dividendos depende del criterios de la dirección de cada empresa y, como puede haber años buenos y años malos, los dividendos pueden aumentar y disminuir.
La segunda consiste en vender acciones con beneficio, si bien no existe la certeza de que los precios vayan a subir, por lo que podría perder su dinero si éstos caen.