El inversor norteamericano Warren Buffett afirmó que “la razón más tonta del mundo para comprar una acción es porque está subiendo”. Sin embargo, no es una frase que se deba tomar como una certeza ya que, aunque Buffett tiene parte de razón en su afirmación, a la hora de invertir hay que diferenciar claramente entre aquellos inversores que optan por el largo plazo o por el corto.
Es decir, esta frase sería aplicable solo a inversores a largo plazo, que son los que realmente compran pensando en el valor real de la compañía y no en factores de corto plazo. En este último caso, sí que podría llegar a comprarse una acción solo porque está subiendo, estaríamos ante un supuesto de especulación con acciones. Cuando un valor está en tendencia, a veces es complicado a corto plazo luchar contra la misma, y aunque sepamos o intuyamos que un valor está caro, si pensamos que la euforia alcista va a continuar es comprensible que muchos opten por beneficiarse de ella. Sin embargo, hay que ser cauto e intuir cuándo es posible que el mercado dé por finaliza la subida y el valor invierta su tendencia.
Para entender la expresión de Warren Buffett hay que tener en cuenta que, a la hora de comprar acciones, los inversores de largo plazo deberían seguir una estrategia similar a la que se tiene a la hora de adquirir ropa. Por ejemplo, las acciones, igual que las camisas, tienen una calidad determinada e independiente de su precio. La calidad de una acción no baja porque baje su precio ni sube porque suba su precio. Bien es cierto que mucha gente espera a comprar la camisa que les gusta en las rebajas, de forma que pueden adquirir la misma camisa por un precio menor, pero nadie se asusta y deja de comprar una camisa por el hecho de que baje de precio en las rebajas.
Extrapolando esta teoría al mundo de la inversión, lo lógico es que ningún inversor de largo plazo debería asustarse porque la empresa que desea comprar tenga una bajada en su cotización, ya que debería verlo como una oportunidad de comprar una buena compañía a un precio más atractivo. Ante esto, lo más importante es tener la certeza de que la calidad de esa empresa no ha variado. Es decir, que no tiene problemas regulatorios, que no ha perdido un contrato importante, que las ventas no han empeorado, etc., ya que, en estos casos sí debería influir en la cotización.
Es decir, es importante detenernos a pensar en los motivos por los que una acción ha bajado de precio
Podría ser una caída puntual, por motivos ajenos a la calidad de la compañía, o también podría ser porque un determinado evento sí que ha tenido impacto real en su negocio. En este último caso, ese precio bajo ya no sería una buena oportunidad para comprar.
Lo dicho anteriormente también es aplicable a la situación inversa, es decir, que una empresa no es mejor porque suba su cotización, pero a medida que una empresa aumenta su valor es normal que suba la cotización.
Para saber cómo se debe actuar en los mercados, es fundamental tener información y conocimiento sobre cómo funcionan los mercados. Una forma de acercar los conceptos financieros y bursátiles a los ciudadanos es hacerlo a través de frases famosas pronunciadas por inversores relevantes, magnates o empresarios como esta de Warren Buffett que recoge el banco digital Self Bank en el libro ‘15+1 crisis de la bolsa’.