Los títulos de renta fija que se negocian en el mercado son básicamente bonos y obligaciones, considerándose bonos las emisiones a un plazo de entre 2 y 5 años y obligaciones a partir de 5 años. En general puede hablarse de bonos. Además de su plazo de vencimiento, los bonos pueden ser de varios tipos, de acuerdo con la calificación que reciben por parte de las grandes agencias de rating, fundamentalmente las estadounidenses Standard & Poor’s, Moody’s y Fitch.
En base a esta calificación, que indica el riesgo de impago que un inversor está asumiendo al adquirir un título de deuda, podemos encontrar dos grandes tipos de emisiones: bonos con Grado de Inversión o High Yield.
Las agencias de rating (o calificación) usan herramientas cuantitativas y cualitativas para evaluar la capacidad y la voluntad del emisor para pagar los intereses fijados y devolver el principal. En base al resultado de su análisis han desarrollado un sistema por el que asignan una calificación a estos emisores. Habitualmente, sólo los bonos emitidos por las entidades más fuertes y de mayor tamaño consiguen la calificación de Grado de Inversión que indica un excelente nivel crediticio.
La calificación más alta es la triple A, desde donde se va descendiendo hasta triple C a medida que la posibilidad de impago aumenta, correspondiendo la letra D a impago. Los emisores de bonos que se estima que tienen mínimas posibilidades de impago se consideran como Grado de Inversión y reciben la calificación Baa3 o superior por parte de Moody’s, o bien de BBB- o superior por parte de Standard & Poor’s y Fitch Ratings.
Los emisores con calificación inferior a Baa3 o BBB- se consideran de Grado Especulativo y tienen un mayor riesgo de impago, clasificándose como bonos High Yield o de elevado rendimiento, e incluyen algunos tipos de bonos sin calificación, como se observa en la tabla inferior. El rendimiento o cupón ofrecido por este tipo de bonos es mayor que el que ofrecen los bonos con Grado de Inversión, como compensación por el mayor riesgo de impago asumido por el emisor.
Aunque llamamos habitualmente renta fija a los bonos, por su pago regular de cupón, estos pagos no siempre son uniformes. Hay un tipo de bono que paga cupones que, aunque si son regulares, no son uniformes y que se conocen como Bonos de Cupón Variable o FRN, por sus siglas en inglés (Floating Rate Notes). Es un tipo de título de deuda con un cupón que varía de acuerdo con un tipo de interés de referencia fijado previamente, como puede ser el de Letras del Tesoro de Estados Unidos, el LIBOR, el EURIBOR o los tipos oficiales de la Reserva Federal.
Los emisores de Bonos de Cupón Variable son habitualmente instituciones financieras y gobiernos y tienen, típicamente un plazo de vencimiento de entre dos y cinco años. Frecuentemente, los Bonos de Cupón Variable pagan el tipo de referencia (por ejemplo, el EURIBOR) más un tipo de interés en forma de margen, que permanece fijo a lo largo de la vida del bono, a menos que su calificación crediticia varíe.
Debido a que el tipo de interés es revisable periódicamente, en base a las variaciones del tipo de interés de referencia, los Bonos de Cupón Variable son más estables que los de cupón fijo con las mismas condiciones de vencimiento, siendo menos sensibles a la variación de tipos de interés. El formato de Bonos de Cupón Variable es el utilizado por la mayoría de las titulaciones europeas.
A caballo entre la renta fija y la renta variable (o entre un bono y una acción) los Bonos Convertibles son un tipo de título que se emite como bono pero que ofrece al tenedor del bono la opción de canjear su título por acciones de próximas nuevas emisiones de capital, a un precio fijado previamente. Normalmente, la contrapartida de este beneficio ofrecido de poder convertirlo en acciones es un cupón menor que el que se recibiría con un bono estándar.
Al llegar la fecha de canje, el tenedor del bono puede optar entre ejercer la opción de conversión – si el precio de las acciones nuevas es en ese momento superior al rendimiento ofrecido por el bono – o bien mantener el bono hasta su próxima fecha de conversión o hasta su vencimiento
Es importante, antes de invertir en un Bono Convertible, saber si la opción de conversión es voluntaria u obligatoria, ya que si fuera obligatoria el inversor estaría realmente comprando un título de renta variable, puesto que el tenedor de bono pasaría a ser accionista obligatoriamente en la fecha de conversión, resultando inadecuada para un inversor individual. Dada su característica convertibilidad en acciones, los emisores de bonos convertibles obviamente han de ser compañías cotizadas.
En fondos de inversión, la inversión en emisiones de High Yield se identifica habitualmente en el nombre y/o en la categoría del fondo. En el caso de las emisiones con Grado de Inversión, suele quedar reflejado en la política de inversión del fondo, igual que sucede con los Bonos de Cupón Variable. También en el caso de los Bonos Convertibles el nombre del fondo y/o su categoría indican claramente que es el tipo de inversión mayoritaria en la cartera.
Paula Mercado, directora de análisis de VDOS Stochastics y quefondos.com