Invertir y ahorrar son dos formas de reservar dinero para el futuro, aunque sus objetivos son diferentes.
Como explican desde Schroders, cuando ahorramos dinero, nuestra prioridad es mantenerlo en un lugar seguro y poder disponer de él en cualquier momento.
La posibilidad de perder ese dinero es muy reducido, incluso en el caso en el que la entidad financiera donde lo tengamos depositado quiebre, ya que los depósitos están protegidos legalmente en muchos países.
Eso sí, un riesgo mínimo trae consigo rentabilidades también exiguas, especialmente cuando los tipos de interés se encuentran en niveles bajos.
La inversión tiene, sin embargo, un enfoque diferente. Su objetivo es principalmente aumentar el capital colocándolo donde pueda arrojar un beneficio, ya sea en acciones de una empresa o en un fondo de inversión.
Aunque el potencial de revalorización del dinero es superior, la inversión no garantiza la obtención de beneficios y puede conllevar, incluso, la pérdida de lo invertido. Asimismo, el valor de nuestra inversión puede fluctuar de un día para otro.
Otra diferencia es que, mientras mantener nuestro dinero en un banco puede no conllevar ningún tipo de coste, en la mayoría de las inversiones deberá abonar comisiones y están, además, sujetos a diversos tipos de tributación.
Este y otros contenidos de educación financiera pueden encontrarse en la plataforma digital investIQ, lanzada recientemente por Schroders para ayudar al inversor a tomar mejores decisiones de inversión. El centro de la plataforma es un test que permite a los inversores entender su comportamiento y brinda consejos sobre cómo gestionarlo