Beta es más que la segunda letra del alfabeto griego, se trata de un término financiero que nos ayuda a saber qué podemos esperar de una inversión. Si hablamos de fondos de inversión, la beta nos indica cómo varía su rentabilidad si lo comparamos con la evolución del índice de referencia.
Si un niño explicase qué significa Beta, diría que es comportarse igual que alguien que es importante para ti. Es decir, cuando tu hermano pequeño copia absolutamente todo lo que haces; si tú lees, él lee; si te pones una camiseta azul o sales con la bici, él también.
Si se extrapola esta definición a una explicación más técnica, se diría que el coeficiente beta indica cómo varía la rentabilidad del fondo si lo comparamos con la evolución del índice de referencia. De este modo, nos sirve para saber la exposición al mercado que está asumiendo el gestor.
Es decir, si Beta es igual a 1, el fondo registrará el mismo comportamiento que el índice de referencia. Si Beta es mayor que uno, el fondo es más volátil que el índice de referencia y su riesgo es mayor, por lo que el fondo subirá o bajará más que el mercado. En el caso de que Beta sea menor a uno, este será menos volátil que el índice y, por tanto, su riesgo será menor, y el fondo subirá o bajará menos que el mercado.
En definitiva, la Beta nos ayuda a saber si asumimos más o menos riesgo respecto a un índice de referencia. Hay que tener en cuenta que una beta más alta no es algo negativo, solo significa que el fondo es más volátil, y esto significa que asumimos más riesgo pero también podemos obtener mayores retornos. Eso sí, en aquellos casos en los que se quiere asumir un riesgo menor es recomendable buscar betas bajas.
Esta es una forma fácil y sencilla de entender qué es la Beta de un fondo, un concepto financiero englobado en el proyecto educativo llevado a cabo por Self Bank junto a 25 gestoras de fondos, Pequeños Inversores, que busca desmitificar que las finanzas son complicadas y que hasta un niño es capaz de explicarlas.