A lo largo de los años, la subida de los precios puede reducir el valor de nuestros ahorros. En lugar de apreciarse, el dinero que hemos reservado para nuestro futuro puede verse lentamente erosionado por la inflación. Para evitar perder valor de esta manera, sus ahorros deberían crecer como mínimo al mismo ritmo al que suben los precios. Dada la actual combinación de los tipos de interés persistentemente bajos y la fuerte aceleración de la inflación en Europa, lograrlo puede resultar más difícil que en el pasado.
Cuando los precios no suben, es fácil olvidarse de la amenaza que supone la inflación para los ahorradores. Pero ahora, tras tres años de inflación muy baja en toda la eurozona entre 2014 y 2016, este peligro ha vuelto a un primer plano. En enero de 2017, los precios de consumo aumentaron a un ritmo estimado del 1,8% anual en los 19 países europeos que utilizan la moneda única, desde el 0,6% de apenas dos meses antes. La inflación se ha acelerado con especial rapidez en España, donde los precios al consumo aumentaron a un ritmo del 3% anual en dicho mes, tras caer en el conjunto de 2016.
A no ser que el Banco Central Europeo suba sus tipos de interés desde mínimos históricos y los bancos minoristas repercutan esa subida a sus clientes con cuentas de ahorro, unos intereses inferiores a la inflación podrían comenzar a erosionar el valor real del ahorro que tanto le ha costado acumular. Y es muy posible que ya lo estén haciendo
Hay que tener en cuenta que el tipo de interés que ofrecen los bancos para las cuentas de ahorro puede ser superior o inferior que el tipo de interés base establecido por el BCE y que las rentabilidades pasadas no son un indicativo de las rentabilidades futuras. Por ejemplo, si tuviera 10.000 euros ahorrados en una cuenta bancaria a un interés anual del 1%, y la inflación fuera del 3% anual, al cabo de un año sus ahorros habrían perdido 200 euros en términos reales (es decir, teniendo en cuenta la subida de los precios).
Invertir parte o más de su dinero podría ser una forma de combatir la amenaza que supone una mayor inflación para su salud financiera a largo plazo. El valor de muchos activos de inversión aumenta con la inflación, con lo que brindan cierta mitigación a subidas de precios. Pero, además, las inversiones exitosas tienen el potencial de proporcionar mayores rentabilidades que las que pueda generar el ahorro por sí solo.
La perspectiva de rentabilidades superiores a la inflación viene acompañada del hecho de que nunca pueden garantizarse, y del riesgo de que al invertir podría perder parte o la totalidad de su dinero. No obstante, cada inversión conlleva sus propios riesgos y posible remuneración, con lo que su estrategia puede reflejar sus propias actitudes personales y objetivos financieros.
Muchos productos de inversión –como los fondos, que combinan un abanico de activos e intentan cumplir un objetivo determinado– encajan con prioridades particulares. Algunos tratan de proporcionar a los inversores una renta que aumenta y disminuye en línea con la inflación, o bien rentabilidades que la superan.
Está claro que invertir dinero conlleva costes, pero podría valer la pena asumirlos si sus inversiones realizan su potencial y le ayudan a cumplir sus objetivos financieros a largo plazo.