Hay diferentes teorías que tratan de explicar por qué los precios suben a diferentes velocidades en el tiempo, pero hay dos explicaciones centrales dentro de la economía. Pensemos, para ilustrarlo, en una sala de subastas. Si está lleno de compradores dispuestos a gastar mucho dinero, entonces habrá más probabilidad de que los precios suban. En este caso, la cantidad de dinero disponible, conocida como la «oferta monetaria», influirá en el nivel de precios. Esta es la opinión de los monetaristas que creen que la inflación puede ser controlada modificando la masa monetaria que circula en la economía, por ejemplo, superando la inflación baja agregando más dinero a través de programas tales como la flexibilización cuantitativa (QE).
Otra opinión sostenida por los economistas keynesianos, que atesoran las creencias del economista británico John Maynard Keynes, es que la demanda es la razón central para cualquier cambio en los precios. Revisitando nuevamente nuestra sala de subastas, si todos los compradores creyeran que un artículo en particular era muy escaso, entonces estarían dispuestos a pagar un precio más alto por temor a no poder comprar otro. Desde el punto de vista keynesiano, esto significaría que la demanda sería mayor para un artículo que el suministro de ese artículo, por lo tanto, el precio sube hasta que haya un ganador.
La inflación mundial desde 1970
Las economías occidentales como Reino Unido y EE.UU. han experimentado niveles similares de inflación en las últimas décadas. En los años setenta y ochenta, los niveles más altos de inflación se atribuyeron, en parte, a la generalizada sindicalización de los trabajadores. Las reformas del mercado de trabajo junto con una mano de obra más flexible hicieron bajar los precios. Otros factores, como la demografía y el envejecimiento de la población, también pueden haber desempeñado un papel importante. En los últimos años, sin embargo, los precios más bajos de las materias primas y la mano de obra, junto con los fuertes valores de las divisas, han mantenido la inflación en mínimos históricos, lo que ha sido beneficioso para el poder adquisitivo de los hogares occidentales.
¿Por qué la inflación es tan importante para los inversores?
La inflación erosiona el valor del ahorro con el tiempo. Cuanto más alto es el nivel de inflación, más rápido caerá el valor de nuestros ahorros. Con una inflación del 2%, un paquete de galletas que cuesta 1 libra hoy costará 1.02 libras en un año. Este gráfico muestra cómo la inflación se deshace del poder adquisitivo del dinero. Cuanto mayor es la tasa, mayor es la erosión, exacerbada por el efecto de la composición.
Los ahorros de 100 libras valdrían solamente 36 libras en términos reales dentro de 20 años si la inflación se sitúa en el 5%, o 82 libras si alcanza un nivel del 1%. Esto explica por qué los inversores se esfuerzan para alcanzar retornos superiores a la inflación – el «retorno real» que realmente ayuda a una cartera a crecer. Si la inflación sube, los inversores tienden a alejarse de los depósitos en efectivo y optan por inversiones que, históricamente, han ofrecido retornos que superan la inflación.
¿Dónde estamos hoy?
La inflación ha sido excepcionalmente baja en las economías desarrolladas desde la crisis financiera de 2008. Algunos países han soportado, incluso, episodios de deflación. Y esto a pesar de la intervención no convencional de los bancos centrales con la creación electrónica de dinero a través de la flexibilización cuantitativa (QE). En los últimos meses, la inflación se ha recuperado significativamente, como se muestra en la línea azul del gráfico siguiente. Las tasas de inflación global se calculan utilizando el índice de precios al consumidor (IPC). Este índice incluye los precios de la energía, como la gasolina y el combustible para calefacción.
Sin embargo, la eliminación de los precios volátiles de la energía y los alimentos añade una perspectiva diferente. Esta «inflación subyacente» ha sido más estable (la línea naranja) y no ha sentido, hasta ahora, los efectos secundarios del reciente aumento de los precios de la energía.
El arte para los economistas en la predicción de la inflación es juzgar los equilibrios de la oferta y la demanda en la economía. Observando la salud del mercado de trabajo, el crecimiento de los salarios y el precio de las mercancías se pueden ofrecer advertencias tempranas de una inflación creciente.