Con las vacunaciones avanzando a buen ritmo, se espera una recuperación económica mucho más rápida que la vivida tras la crisis financiera internacional, un cierre temprano del output gap global, un aumento sostenido (aunque probablemente moderado) de la inflación y la necesidad de que en algún momento los tipos de interés reales a largo plazo se mueven al alza para evitar un sobrecalentamiento económico excesivo.
En este contexto, desde MCH Investment Strategies han llevado a cabo un análisis de los 12 aspectos que tienen más capacidad de incidir tanto sobre el escenario central como sobre los riesgos que lo rodean:
1. La situación en EE.UU.: aunque ahora mismo la situación macro es mucho mejor en EE.UU. que en Europa, prevemos una mejora clara de la situación relativa de nuestro continente a partir de mayo-junio. Algunos de los factores que podrían ayudar a hacer esto posible serían la aceleración significativa de la vacunación a partir de este mismo mes de abril, gracias a la mayor disponibilidad de vacunas, y el progresivo levantamiento de las fuertes restricciones de actividad hoy vigentes en un contexto en el que los contagios empiezan a dar muestras de estabilización en varios países. Además, cabe mencionar la puesta en marcha de los fondos europeos durante la segunda parte del año, la estabilización del euro y la recuperación del turismo.
2. El aumento de inflación: el incremento que vamos a ver en todo el mundo en los próximos meses vendrá en parte explicado por efectos base y por ciertos cuellos de botella en la oferta, pero también estará claramente ligado a una fuerte recuperación de la demanda agregada global.
3. La recuperación de la demanda de servicios: en aquellos países con niveles de restricción más reducidos, está siendo muy notable y está haciendo que las presiones de precios también comiencen a sentirse en ese sector.
4. El cierre del output gap en EE.UU.: podría tener lugar durante la primera mitad de 2022, lo cual abrirá las puertas a movimientos al alza en los salarios y hará que el proceso de reflación acabe demostrándose como mucho más duradero de lo que ahora descuentan los mercados.
5. La recuperación de las expectativas de inflación: este factor juega a favor del escenario central de repunte duradero (aunque probablemente moderado) de la inflación.
6. Política fiscal fuertemente expansiva a nivel global: con EE.UU. a la cabeza, esperamos que dure bastante tiempo. Esto contribuirá a dinamizar el comportamiento de la demanda agregada de una forma mucho más clara de lo que fue el caso durante el período de recuperación económica posterior a la crisis financiera internacional.
7. El aumento del peso de los salarios en el PIB: la administración Biden se ha marcado este objetivo explícito. Eso tendrá consecuencias positivas en términos de reducción de la desigualdad y contención de los movimientos populistas pero, de forma inevitable, también tenderá a generar presiones inflacionistas no precisamente temporales por el lado de la oferta.
8. Los tipos de interés reales a largo plazo: tendrán que subir para evitar un sobrecalentamiento económico excesivo. Lo que está ocurriendo con los precios inmobiliarios en muchos países (con crecimientos interanuales de dos dígitos que, en el caso de EE.UU., alcanzan máximos no vistos desde febrero de 2006) es una señal clara de que los tipos reales a largo plazo son demasiado bajos como para ser considerados de equilibrio.
9. La fortaleza del PMI de servicios en China: es muy probable que el gigante asiático crezca claramente por encima del objetivo del 6% establecido por las autoridades para 2021. Asimismo, en ese crecimiento la demanda interna volverá a ganar protagonismo. En India, por su parte, estamos asistiendo a un nuevo repunte de los contagios que probablemente tendrá algún impacto sobre el fuerte ritmo de recuperación observado en el período reciente pero que no la hará descarrilar del todo.
10. La confianza manufacturera en países como Corea del Sur: es una buena muestra de lo bien que van las cosas en países exportadores y que están siendo capaces de hacer una gestión eficiente del virus.
11. La suspensión de los aranceles establecidos entre EEUU y Europa en el caso Boeing-Airbus: se trata de una muestra del talante más negociador de la nueva administración norteamericana. Esto es compatible con la visión de MCH IS de que los riesgos geopolíticos, aunque desde luego no desaparecerán de la escena global en los próximos años, sí tenderán a volverse menos prominentes de lo que ha sido el caso en el pasado reciente.
12. La potencial aparición de nuevas variantes del virus que acaben resultando resistentes a las vacunas: es el mayor riesgo que se cierne sobre la economía global. Aun así, cabe mencionar que las noticias de las últimas semanas en este ámbito también resultan esperanzadoras: las vacunas parecen mantener una eficacia suficiente frente a las variantes aparecidas hasta la fecha, la inmunidad natural que se logra por haber pasado la enfermedad también parece significativa y hay cada vez más estudios que apuntan a que la duración de la inmunidad, tanto la que proviene de la vacunación como la conseguida de forma natural por aquellos que han pasado el virus, es mucho mayor de lo que se pensó en un principio. Además, se ha comprobado ya de forma clara que las vacunas de RNA mensajero podrán adaptarse de forma rápida a nuevas variantes si eso llegara a ser necesario.