El verano ha sido muy ajetreado para los líderes europeos, ya que se decidieron las candidaturas para los principales puestos en Bruselas. Tras varios días de tensas negociaciones, el resultado más importante para los inversores ha sido el nombramiento de Christine Lagarde para reemplazar a Mario Draghi como presidente del BCE a principios de noviembre.
“Lagarde era una de las opciones más blandas entre los candidatos y ya había expresado su apoyo a la orientación acomodaticia de Draghi sobre política monetaria. Dados los problemas del BCE para normalizar los tipos de interés en este ciclo económico, es posible que la respuesta de Europa ante la próxima crisis necesite de una mayor coordinación entre los banqueros centrales y los políticos para respaldar la economía”, destaca el análisis mensual de JP Morgan AM.
Seguros de que un sucesor no cambiará el curso, el consejo de Gobierno del BCE envió en su reunión de julio fuertes señales al mercado de que hay un paquete de estímulos en camino. “Se están considerando tantos recortes de tipos de interés que se sitúan en territorio aún más negativo (posiblemente utilizando un sistema escalonado para reducir el impacto negativo en el sector financiero) y nuevas rondas de compras de activos” explican los expertos.
Dentro de este contexto, los expertos de JP Morgan consideran que el tono suave de los políticos ayudó a los bonos soberanos europeos a tener un buen mes de julio. Sin embargo, el continuo deterioro de los datos económicos contrarrestó las buenas noticias en política. “Los datos de la industria en Alemania, la potencia exportadora por antonomasia de Europa, han seguido cayendo, y los sondeos sobre el nivel de confianza han caído a mínimos de hace seis años” explica el informe.
Con pocos cambios en las perspectivas de las relaciones comerciales entre EE.UU. y China durante este mes, los inversores se centraron más en la economía china en el mes de julio. Los datos de crecimiento del segundo trimestre destacaron la ralentización de China, pero los datos de las ventas minoristas y la producción industrial mostraron algunos signos de estabilización. “No hay duda del empeño de Beijing por mantener la estabilidad de su economía, aunque los efectos de las políticas de estímulo podrían tardar en notarse” expresa el informe.
Una salida del Reino Unido sin acuerdo sigue siendo improbable
En el Reino Unido, Boris Johnson ha sido nombrado primer ministro tras su victoria en la elección del líder del partido conservador, en la que recibió dos tercios de los votos. La libra británica sufrió la presión durante julio, llegando a los mínimos de 2007 frente al dólar estadounidense, debido al nerviosismo de los mercados ante la posibilidad de que el Reino Unido deje la Unión Europea sin acuerdo.
“Johnson espera que la amenaza de una salida sin acuerdo refuerce su postura durante las próximas negociaciones con la UE. Los precios de los activos británicos podrían reflejar aún mayores preocupaciones ante una salida apresurada antes de la fecha límite del 31 de octubre, pero la actual configuración del parlamento ha demostrado una y otra vez que no están dispuestos a permitir que el Reino Unido deje la UE sin un acuerdo”. Por lo tanto, los expertos de la gestora consideran que una salida sin acuerdo sigue siendo improbable a menos que unas nuevas elecciones generales o un referéndum otorguen el mandato para hacerlo. En un contexto de inestabilidad política, las perspectivas del consumidor británico parecen resquebrajarse y las ventas minoristas se redujeron por tercer mes consecutivo en julio.
“La deuda pública sigue jugando un papel importante en las carteras”
La política del banco central parece dispuesta a favorecer a todos los activos durante la segunda mitad de este año, aunque esto podría ya reflejarse en los precios de mercado. Según el informe mensual de la gestora, las perspectivas para la renta variable podrían mejorar si las medidas políticas impulsan una mejora en los datos económicos, pero por el riesgo de pérdida aconseja ser prudente.
En renta variable, es posible que los inversores deseen centrarse en compañías con balances financieros sólidos, ya que podrían estar menos expuestas a la desaceleración del crecimiento que otras similares con un apalancamiento más alto. “A pesar de unos rendimientos históricamente bajos, consideramos que la deuda pública sigue jugando un papel importante en las carteras, dada su posibilidad de repuntar si la confianza se deteriora. Estrategias alternativas como los fondos de inversión libre macro globales y las infraestructuras básicas también pueden merecer ser considerados por los inversores que buscan un contrapeso para sus carteras en este momento del ciclo”, concluye el informe.