Sin sorpresas. Así actuó ayer la Fed en su intención de revertir la senda de una política monetaria que vuelve a hacerse más acomodaticia (tras subir nueve veces los tipos en los últimos cuatro años) y que está dando soporte a los mercados. La Reserva Federal estuvo a la altura de las expectativas y recortó los tipos en 25 puntos básicos, dejándolos en un rango de entre el 2 y el 2,25%, en su primer movimiento bajista desde el inicio de la crisis, en diciembre de 2008. Además, puso fin a su reducción de balance, dos meses antes de lo esperado. Todo, como forma preventiva de evitar una desaceleración económica o recesión.
Los expertos de las gestoras consideran que Powell ha cedido a las presiones de la desaceleración y las tensiones comerciales, tomando medidas preventivas para evitar problemas económicos y para alargar el ciclo, y reconocen el aspecto positivo que supone para las inversiones, a pesar de que una parte del mercado que esperaba mayores bajadas de tipos pueda estar algo decepcionado. Pero también critican las presiones políticas y la tiranía de los mercados y vaticinan más bajadas antes de que acabe el año.
Medidas preventivas
“Aunque la economía estadounidense sigue expandiéndose a buen ritmo, las tasas de inflación se mantienen por debajo del objetivo, la inversión empresarial se ha desplomado y las incertidumbre externas persisten, lo que ha dado a la Fed suficientes motivos para aplicar un recorte preventivo de tipos. De hecho, la Fed dejó la puerta abierta a otro recorte de tipos antes de que acabe el año al señalar que ‘seguirá actuando como considere oportuno para sostener la expansión”, comenta Rick Patel, gestor de fondos de Fidelity International.
El experto recuerda que los recortes ‘preventivos’ tuvieron éxito en 1995-1996, cuando la Fed decretó tres bajadas en un plazo de siete meses, llevando los tipos del 6% al 5,25%, y consiguió prolongar el ciclo alcista en la economía otros seis años, hasta comienzos de 2001. Y vaticina más bajadas: “A menos que los próximos datos económicos mejoren considerablemente durante los próximos meses, en el ciclo actual es probable que los tipos vuelvan a bajar antes de finales de año”. De hecho, cree que “el próximo paso podría ser un ajuste de más de 25 puntos básicos”, aunque más tarde, “cabe esperar que la Fed se muestre reacia a gastar más munición antes de que se desate la próxima recesión”.
Christian Scherrmann, economista de EE.UU. de DWS, recuerda que dos de los gobernadores votaron en contra de un cambio y ninguno voto a favor de un recorte de más de 25 puntos básicos, lo que pudo decepcionar a parte del mercado. Sobre los motivos, habla de cambios estructurales en la economía estadounidense: “Durante mucho tiempo se especuló sobre la justificación de un movimiento de los tipos de interés y el “forward guidance”. La idea original parece haber sido asegurar el crecimiento económico contras las influencias negativas derivadas de las guerras comerciales y el debilitamiento de la actividad mundial. Sin embargo, en las últimas semanas, el argumento se inclinó hacia la idea de que los tipos de interés más bajos eran más apropiados debido a los cambios estructurales de la economía estadounidense”.
David Norris, responsable de crédito estadounidense de TwentyFour AM (Vontobel), también destaca cómo ha aumentado la preocupación por el efecto que la desaceleración económica mundial y las tensiones comerciales puedan tener en las perspectivas económicas de los Estados Unidos. “Estos vientos cruzados fueron motivo de preocupación para la Reserva Federal, dado su potencial efecto negativo en la economía estadounidense”. En su opinión, la Fed intenta utilizar la política monetaria para prolongar el actual ciclo económico hasta su undécimo año y eso beneficiará a los mercados de deuda: “Continuaremos experimentando un entorno de tipos más bajos durante un tiempo a medida que la Reserva Federal realice un aterrizaje suave y mantenga de esta forma la actual expansión económica. Un entorno de tasas más bajas y un crecimiento más lento seguiría siendo positivo para los mercados nacionales de renta fija”, añade.
“Este ajuste está muy en línea con lo que los inversores pensaban que haría la Reserva Federal. La cuestión está en que la Fed se mantenga firme. Se podría decir que los datos económicos de Estados Unidos en estos momentos justifican una bajada de los tipos de interés de este calibre, especialmente teniendo en cuenta los riesgos que además existen”, dice James McCann, economista senior de Aberdeen Standard Investments.
En positivo se pronuncia Ron Temple, gestor de renta variable estadounidense de Lazard Asset Management: «El cambio de rumbo repentino de la Fed ha sido todo menos fluido, pero finalmente lo han hecho bien. La Fed debe preocuparse mucho más por elevar la inflación que por contenerla y debe centrarse en generar beneficios de un mercado laboral en un entorno económico de «alta presión”.
La tiranía de los mercados
Para algunos expertos, lo ocurrido es una prueba de la tiranía de los mercados… y de la política: “La Fed está siendo prácticamente obligada a bajar los tipos por el mercado y, en cierta medida, también por el presidente Trump”, denuncia Aaron Anderson, vicepresidente senior de análisis de Fisher Investments. “Básicamente, una bajada de tipos no es necesaria, pero la Fed casi nunca suele decepcionar al mercado cuando las expectativas de un recorte se encuentran tan arraigadas”, añade. En su opinión, el gran mito de esta expansión económica ha sido que los tipos de interés bajos impulsan el crecimiento: “La economía y la bolsa han seguido avanzado a toda máquina a pesar de las medidas de los bancos centrales, no gracias a ellas. Es probable que esta situación continúe independientemente de las acciones de la Fed a corto plazo”.
En Natixis IM hablan de riesgos: “Es una especie de movimiento preventivo que resulta bastante extraño. Por lo general, el banco central de EE.UU. baja tipos cuando el entorno ya es sombrío”, dice Philippe Waechter, economista jefe de Ostrum AM (gestora afiliada de Natixis IM). “Una razón para ver extraño el movimiento proviene del hecho de que no conocemos el futuro, ni la Fed ni nosotros. Por lo tanto, existe un riesgo de credibilidad para la Reserva Federal si hay un repunte de la actividad económica de un tamaño tal que no tiene relación con el recorte de tasas. El otro riesgo está asociado con las presiones políticas de la Casa Blanca; también esto es motivo de preocupación”, añade.
Desde Aberdeen SI defienden que “la Reserva Federal no debería limitarse a reaccionar únicamente ante lo que ocurre en los mercados financieros, como hizo el año pasado. Esto sentó un peligroso precedente y Powell tendrá que trabajar duro para conseguir que los mercados financieros se den cuenta de que no va a realizar recortes a la más mínima señal de volatilidad. La Reserva Federal debe actuar sólo con los datos económicos y nada más”, añade, algo que cree que ha hecho ahora.
En DWS suavizan las críticas: Jerome Powell describió el movimiento de los tipos de interés como un mero seguro contra factores externos, un ajuste de la política monetaria que sería inusual a mitad de ciclo, dicen. “Claramente, Powell estaba tratando de adelantarse a las críticas de que la Fed había cedido ante la presión política. En el proceso, también transmitió a los mercados que una mayor relajación podría ser moderada y que de ninguna manera está garantizada”. Por eso, dice, parte del mercado está decepcionada.
¿Más recortes a la vista?
Para Esty Dwek, responsible de Global Markets Strategy en Dynamic Solutions, una division de Natixis IM, habrá un segundo recorte, ya que la inflación continúa y persisten la incertidumbre global en torno al comercio y los riesgos a la baja para el crecimiento, advierte, “no creemos que la economía de EE.UU. necesite un ciclo completo de política monetaria expansiva”.
“Todavía esperamos un recorte más antes de final de año, pero la incertidumbre en torno a este pronóstico ha crecido dramáticamente”, advierte también Dave Lafferty, Chief Market Strategist de Natixis IM.
¿Esperan demasiado los mercados?
La Reserva Federal y el BCE han logrado establecer con firmeza un entorno de tipos bajos empujando así a los activos de riesgo a unos niveles muy elevados. Los inversores se mantienen escépticos en medio de la gran incertidumbre política y económica. Sin embargo, al menos y de momento, las acciones de los bancos centrales están ayudando a “distraer” al mercado de este entorno, defiende Benjamin Melman, CIO de Edmond de Rothschild: “Los mercados esperan demasiado de los bancos centrales, con un recorte cercano a los 100 puntos básicos en los tipos de interés por parte de la Reserva Federal. Incluso uno de los máximos defensores de un enfoque más laxo como el miembro del FOMC James Bullard, sugiere un recorte moderado a modo de precaución”.
“Creemos que el mercado ha puesto en precio demasiados recortes y tendrá que ajustar sus expectativas en los próximos meses”, advierte Dwek. En su opinión, habrá algunos ajustes en los mercados de bonos en los próximos meses, “porque el mercado había descontado más bajadas de tipos de las que se van a producir, pero vemos relativamente improbable un cambio brusco en las rentabilidades. Mantenemos cierta exposición como protección en las carteras, pero seguimos prefiriendo en general duraciones cortas”. En bolsa, mantienen su visión constructiva, aunque creen que será necesario un nivel decente de resultados corporativos para mantener el impulso alcista. “Mantenemos nuestra exposición a activos de riesgos, aún es demasiado pronto para quitar todo el riesgo de las carteras, pero demasiado tarde para ser muy agresivos”, añade.