Tras el aumento de los aranceles, la disputa comercial entre Estados Unidos y China da un giro tecnológico. La semana pasada, el presidente Trump anunció que las empresas de tecnología estadounidenses ya no podrían suministrar componentes tecnológicos y software a la empresa china Huawei. Sin embargo, necesita tecnología americana para poder establecerse como líder mundial en 5G. En este contexto, las cotizaciones de las tecnológicas estadounidenses (semiconductores, Internet, etc.) han caído considerablemente.
Las empresas europeas del sector también han perdido terreno. El mercado en su conjunto ha caído ligeramente, mientras que el S&P 500 se mantiene por encima de los 2.800 puntos. El mercado se pregunta si se trata de una nueva estrategia para aumentar la presión sobre China o es una reorientación del conflicto hacia lo que muchos consideran el verdadero quid de la disputa entre las dos grandes potencias económicas, es decir, la dominación de los sectores del futuro.
En el lado positivo, la introducción de derechos de aduana sobre las importaciones de automóviles europeos y japoneses se ha pospuesto un máximo de 180 días, lo que significa que las incertidumbres
siguen pesando sobre el sector. Además, se suspendieron los aranceles sobre el acero y el aluminio de Canadá y México para la aprobación del acuerdo USMCA, el sucesor del TLCAN.
Al margen de la guerra comercial, el otro foco de atención de los mercados está en la política, a pesar de que el resultado de las elecciones europeas no supuso ninguna sorpresa. La coalición que existe actualmente entre los liberales conservadores y los socialdemócratas ya no tiene mayoría y, por lo tanto, se necesitará un tercer socio. Podrían ser los Liberales ALDE o los ecologistas. Los partidos euroescépticos, por otra parte, han ganado terreno, pero no han conseguido alterar el equilibrio político en el Parlamento.
Queda por ver cuál será el impacto de estas elecciones a nivel nacional. En Italia, la Liga ha hecho progresos significativos y es probable que aumenten las tensiones dentro de la coalición formada con el Movimiento 5 Estrellas. El proceso de asignación de los altos cargos europeos (Presidente de la Comisión y Presidente del BCE) será objeto de un atento escrutinio por parte de los mercados.
Además, en el frente británico la Primera Ministra británica, Theresa May anunció su dimisión después de ver que su nuevo intento de conseguir que el Parlamento aprobara el acuerdo de salida negociado
con la UE estaría condenado al fracaso. Parecía que las concesiones propuestas -es decir, la posibilidad de someter el acuerdo a un nuevo referéndum y de mantener al país en una unión aduanera con la UE- no serían suficientes para convencer a un número suficiente de parlamentarios. El proceso de nombramiento de un nuevo líder conservador -y, por tanto, de un nuevo Primer Ministro- reunirá a unos 15 candidatos a partir del 10 de junio y debería durar unas pocas semanas.
La mayoría de estos candidatos son partidarios del Brexit. Queda por ver si el nuevo Primer Ministro será capaz de desbloquear la situación mientras la composición del Parlamento siga siendo la misma (el apoyo del DUP sigue siendo necesario, no hay mayoría para una salida sin un acuerdo) y la UE ya ha indicado que el acuerdo de separación no es renegociable. Por lo tanto, las incertidumbres siguen siendo tan importantes como siempre.