La inversión de la curva de tipos y la ralentización de la economía ha estado en boca de todos durante los últimos meses y, además, emergen como indicadores de una recesión. Sin embargo, no todos los expertos coinciden en que la economía tomará ese camino. Cuando se trata de medir esta probabilidad en EE.UU., el equipo de análisis de Alger Managment (La Française Group) defiende que el Conference Board Leading Economic Index (LEI) siempre ha funcionado como un indicador fiable del crecimiento económico futuro e indudablemente se apoyan en él para hacer sus predicciones. “Este índice hace un seguimiento de 10 variables económicas clave y tiende a alcanzar máximos y mínimos adelantándose al ciclo económico. Actualmente, su lectura no predice que vaya a haber una recesión inminente”, explican.
Los expertos de esta firma sostienen que el LEI, antes de las últimas siete recesiones en EE.UU., comenzó a retroceder. “Si bien el LEI ha descendido históricamente año tras año hasta llegar a una recesión, actualmente sigue subiendo, lo que indica un crecimiento económico continuado. El LEI tiende a alcanzar su punto álgido entre 6 y 18 meses antes de que se produzcan cambios en los resultados empresariales. Por lo tanto, su impulso actual sugiere un crecimiento futuro de los beneficios por acción. Por ende, las subidas de las bolsas pueden continuar”, destacan desde Alger Managment.
Hans Bevers, economista jefe de Bank Degroof Petercam, defiende que es difícil ignorar algunas señales de advertencia, como la pendiente de la curva de tipos y, más concretamente, la diferencia entre los tipos a corto y a largo plazo. “Los tipos de los bonos a 10 años y a 3 meses son casi idénticos. A finales del mes pasado, esta diferencia era incluso negativa. Se trata de una señal que debe tomarse en serio ya que, aunque el momento preciso es incierto y es posible que la política de la Fed distorsione este indicador, en el pasado ha sido la señal de advertencia más fiable de una ralentización del crecimiento y de una desaceleración de la economía”, explica Bevers.
Los indicadores apuntan a una recesión, pero es posible que sea un aterrizaje suave
Por su parte Volker Schmidt, gestor senior de ETHENEA Independent Investors, ha hecho un análisis de todos los signos de debilidad económica que apuntan a una posible recesión, sin embargo baraja la posibilidad de un aterrizaje suave. Entre estos signos se encuentra el volumen del comercio mundial. “A finales de 2018 se observó una marcada desaceleración de los flujos comerciales, lo que también está en consonancia con la actual debilidad mundial del sector manufacturero. Después de todo, la guerra comercial parece haber dejado huella” explica Schmidt.
Otra de las señales es el deterioro de los índices de gestores de compras (PMI) y el nivel de rendimiento de los bonos federales alemanes y de los bonos del Tesoro estadounidense a 10 años, indicador clave para el experto. “El bono alemán a 10 años se negoció con un rendimiento negativo por primera vez desde 2016 y el de los bonos del Tesoro estadounidense a 10 años también cayó por debajo del 2,5% y la curva de rendimientos estadounidense se invirtió, con los rendimientos a 10 años por debajo de los rendimientos a 3 meses”, apunta.
Las últimas seis recesiones en Estados Unidos siempre estuvieron precedidas por una inversión de la curva de rendimiento de 12 a 18 meses antes. Hasta este punto, Schmidt señala que era comprensible que el mercado reaccionara reevaluando los cambios futuros en los tipos de interés oficiales por parte de la Fed. “Tras la inversión de la curva, el mercado ha incrementado significativamente la probabilidad de un recorte de los tipos de interés por parte de la Reserva Federal en su reunión de finales de enero de 2020, pasando de poco menos del 50% a casi el 80% de probabilidades, mientras que, al mismo tiempo, la probabilidad de que no se produjera ningún cambio en los tipos de interés se redujo en consecuencia».
Una sabia combinación de medidas monetarias y fiscales suavizarían la recesión
A todo esto Schimidt suma como un signo más la probabilidad, calculada por la Reserva Federal de Nueva York, de que se produzca una recesión durante el próximo año, la cual también está aumentando constantemente.
“En estos momentos, conviene al menos alejarse un poco del rebaño. Los indicadores apuntan, de manera unívoca, a una recesión en Estados Unidos, que comenzará en los próximos doce meses y, por lo tanto, también en todo el mundo desarrollado. Pero esto no significa necesariamente que vaya a producirse de esta manera. Es muy posible que el llamado aterrizaje suave, es decir, una desaceleración gradual que no derive en recesión, se produzca realmente gracias a una sabia combinación de medidas monetarias y fiscales”, aclara el gestor senior de ETHENEA.