Los datos en Europa continúan siendo débiles, con el PIB de la Euroona creciendo a un ritmo del 0,2% en el cuarto trimestre de 2018. Según JP Morgan AM, esta debilidad está bien extendida por la región, debido a que el crecimiento en Italia experimentó una contracción por segundo trimestre consecutivo y Alemania o registró crecimiento en el cuarto trimestre. Es decir, la incertidumbre acerca de las perspectivas económicas globales está causando una ralentización de la economía doméstica en Europa.
Pero no todo son malas noticias. Desde JP Morgan AM destacan que la caída del precio del petróleo debería servir de ayuda a las compañías europeas, al suavizar la presión en los costes. «Históricamente ha habido una estrecha relación inversa entre el precio del petróleo y el consumo en la región, lo que sugiere que la reciente caída del petróleo podría ayudar a estimular el consumo», explican.
Además, la firma señala que merece la pena recordar que el 25% de las exportaciones de la eurozona se dirigen a los mercados emergentes, por lo que los estímulos en China podrían suponer un bienvenido impulso para la economía europea.