2018 ha sido un año en el que se han alcanzado muchos picos: un máximo del PIB, otro de liquidez mundial y uno último de crecimiento de los beneficios. Sin embargo, 2019 se presenta más incierto y la volatilidad de los mercados aumenta ante una serie de riesgos geopolíticos que han desarrollado un nuevo panorama de inversión al que enfrentarse.
A pesar de estas perspectivas, la economía mundial seguirá creciendo y esto ayudará a generar rentabilidades positivas en algunas clases de activos. Esta es la principal conclusión de Christian Nolting, director global de inversiones de las unidades de Deutsche Bank Wealth Management, sobre las perspectivas de inversión para 2019.
En este contexto, y más allá de las incertidumbres del mercado, Nolting identifica seis temas que presentarán cierta relevancia a lo largo de 2019:
1. Desaceleración del crecimiento mundial
Se prevé que el crecimiento mundial retroceda ligeramente del 3,7% estimado para el 2018 al 3,6% en 2019, y que el estadounidense se modere del 3,1% al 2,4%, aún lejos de una recesión. Se siguen previendo tasas de crecimiento en muchas economías, aunque con cada vez más divergencias: de nuevo, EE.UU. irá en cabeza y Eurozona por detrás. Una caída esperada del crecimiento económico chino al 6% debería de suscitar continuas medidas de estímulo.
2. Atención a la volatilidad
Los riesgos geopolíticos y unas políticas monetarias más restrictivas fomentarán el nerviosismo de los inversores. Esto significará que deberán tal vez aceptar rentabilidades menores para un umbral de riesgo determinado o, al contrario, asumir más riesgos para alcanzar una rentabilidad determinada. Por lo tanto, habrá que recurrir a estrategias de inversión adecuadas que permitan mitigar los riesgos o beneficiarse de la volatilidad.
3. Los tipos de interés de EE. UU. se recuperan
Los tipos de interés en EE.UU. se recuperan a pesar de que en otros mercados desarrollados continúan bajos. Encontramos particularmente atractivo el tramo corto de la curva de tipos de EE.UU. y los mercados emergentes en divisa fuerte (dólar y euro), donde pueden obtenerse unos rendimientos del 6%-8%, aunque con los consiguientes riesgos.
4. Moderación de los beneficios empresariales
A pesar de la reciente volatilidad, la renta variable sigue teniendo mucho a su favor y prevemos que los beneficios empresariales sigan aumentando. No obstante, su tasa de crecimiento seguramente ha tocado techo y podrían rebajarse las previsiones de consenso de los beneficios futuros. Dentro de los mercados desarrollados seguimos prefiriendo EE.UU. frente a la Eurozona, y en emergentes, Asia a Latinoamérica.
5. El dólar y el petróleo en primer plano
El dólar estadounidense no retrocederá frente al euro en los próximos meses, los diferenciales de tipos de interés y de crecimiento del PIB respaldarán la divisa incluso si se acerca la primera subida de tipos de interés del BCE. En cuanto al petróleo, la fuerte demanda mundial y los límites de producción de la OPEP harán subir el precio ligeramente. Respecto al oro, los riesgos geopolíticos y las posiciones largas netas en mínimos históricos son favorables para su cotización.
6. El peso de la tecnología
En 2019 añadimos los temas de la inversión con criterios ESG (ambientales,sociales y de gobierno corporativo) y las infraestructuras. La tecnología seguramente ayudará a resolver problemas inminentes de carácter demográfico y de productividad que cada vez afligirán más a nuestras economías, pero también creará problemas normativos y de otro tipo. Así, en los próximos años prevemos un proceso de transición tecnológica a medida que estos problemas afecten las preferencias entre sectores.
Pese a unas perspectivas inciertas, la economía mundial seguirá creciendo con fuerza a lo largo de 2019 y, en consecuencia, ayudará a generar unas rentabilidades de inversión positivas de una serie de clases de activos. La volatilidad, como se ha observado con anterioridad, es una parte normal de los entornos de finales de ciclo y generará no solo riesgos, sino también oportunidades.