La confianza de los consumidores y empresarios podría crear oportunidades en 2019, pero la política comercial es la mayor amenaza que se cierne tanto sobre la renta variable como sobre la renta fija. Por ello, Marc Pinto, gestor en carteras de renta variable y fija estadounidense de Janus Henderson Investors, aconseja adoptar una posición defensiva hasta que se alcance una resolución a este conflicto.
Los temas clave que podrían definir los mercados en 2019
Según Pinto, la mejora de la confianza de los consumidores y empresarios y una “economía boyante” son dos aspectos clave que sustentarán la solidez de la Bolsa estadounidense. “En nuestra opinión, la confianza general que existe entre los consejeros delegados (CEO) y la mayor certeza sobre el régimen fiscal redundará en una inversión empresarial continuada y en operaciones de fusión y adquisición”, aclara.
Aunque ya se hayan dejado atrás las ventajas inmediatas de la reforma fiscal, el valor de invertir con vistas al crecimiento todavía no se ha materializado del todo, según Pinto. Sin embargo, el mayor problema para el experto es que las empresas están sopesando esas ventajas frente a otras inquietudes, incluida la política comercial. “Aunque confiamos en que se alcanzará una resolución positiva, somos conscientes de que las continuas disputas comerciales y el eventual resultado de las políticas podrían influir notablemente en las acciones estadounidenses de gran capitalización, así como en la confianza de consumidores y empresarios y en la economía mundial en su conjunto” defiende Pinto.
Oportunidades y riesgos más significativos
Pinto augura bonanza económica, una mejoría del mercado laboral al igual que un modesto crecimiento de los salarios, y como consecuencia, que los consumidores seguirán gastando en 2019. “Nuestro objetivo es aprovechar las sólidas tendencias de los viajes internacionales y el deseo de experimentar momentos únicos. La migración secular hacia una mayor conectividad y el «Internet de las cosas» también deberían crear oportunidades, especialmente para los fabricantes de semiconductores y equipos de semiconductores” añade.
Por otro lado, el gestor, está centrado en identificar empresas que aprovechen las fuerzas disruptivas para mejorar los modelos de negocio y aumentar sus márgenes. “Los valores tradicionales asociados al sector industrial y al transporte seguramente seguirán beneficiándose a medida que implantan mejoras tecnológicas para generar crecimiento y eficiencias. No obstante, las fuerzas disruptivas también plantean un riesgo”. Pinto se muestra cauto y consciente de que los servicios de sanidad y financieros probablemente serán los próximos grandes sectores abocados a la disrupción. “En este contexto, la capacidad de las empresas para combatir los ciberataques es motivo de preocupación creciente”, aclara Pinto.
Aún así, considera que la política comercial es la mayor amenaza individual para muchas de las tendencias anteriores y las compañías multinacionales en que participan. “Los onerosos aranceles tendrían efectos inflacionarios en EE.UU, y los crecientes costes de las importaciones podrían recortar los márgenes de beneficio, mermando así la capacidad de los exportadores para competir en mercados internacionales”, esgrime el gestor.
Una postura defensiva para empezar 2019
En opinón de este experto, si la resolución al conflicto comercial no es gravosa, la confianza probablemente se mantenga alta, con la inflación controlada y el mercado de tipos de interés benigno, lo cual ofrecerá un trasfondo positivo para la renta variable. «Ahora bien, la Reserva Federal constituye un riesgo en sí mismo, por lo que estaremos atentos a su trayectoria en el caso de que mueva ficha con más contundencia de lo que estaría justificado, frenando con ello la economía estadounidense”, añade.
Este gestor explica que en 2019 han adoptado una postura más defensiva. ”La dimensión prudente de las posiciones y la disciplina para recoger beneficios en nombres más sensibles a la coyuntura será una parte importante de nuestro enfoque. También supervisaremos periódicamente las exposiciones de nuestra cartera, especialmente en el sector industrial, para identificar empresas expuestas al riesgo asociado al comercio. Si las condiciones se deterioran, trataríamos de reducir aún más nuestra exposición al sector industrial al tiempo que prestamos más atención a compañías de consumo básico que se consideran más defensivas y poseen sólidos fundamentales», concluye.