El tercer trimestre ha resultado ser otro excelente periodo para los dividendos mundiales, dado que la fortaleza continuada de la economía internacional impulsó la rentabilidad de las empresas de todo el mundo, según revela el último Global Dividend Index de Janus Henderson. Los repartos registraron un crecimiento interanual del 5,1% hasta 354.200 millones de dólares, un amplio récord para el tercer trimestre.
Estados Unidos, Canadá, Taiwán y la India se anotaron máximos históricos en sus distribuciones trimestrales, mientras que los dividendos chinos retomaron la senda del crecimiento después de tres años de contracción. Las previsiones de dividendos se sitúan en 1,359 billones de dólares en 2018, con una revisión al alza del crecimiento subyacente hasta el 8,1%.
Récord del Global Dividend Index
El Janus Henderson Global Dividend Index cerró el trimestre con un nuevo récord, en 184,4 puntos, lo que refleja una expansión de más del 80% en los dividendos mundiales desde su lanzamiento en 2009.
Los repartos estadounidenses repuntaron un 9,1% en base general hasta un récord histórico de 120.000 millones de dólares. Casi la mitad de esta alza responde al dividendo extraordinario de 5.300 millones de dólares distribuido por Dr Pepper Snapple tras su adquisición a manos de Keurig. El crecimiento subyacente de los dividendos en EE. UU. fue del 7,3%, en consonancia con el acelerado ritmo de expansión en los dos primeros trimestres del año, y solo una empresa de cada setenta recortó su remuneración al accionista.
En base subyacente, las distribuciones en Hong Kong y Taiwán avanzaron un 5,9% y un 6,2% respectivamente, aunque China superó a sus dos vecinos. En el periodo más relevante en el país en materia de dividendos, los repartos chinos se dispararon un 14,6% en tasa subyacente, lo que supone un positivo cambio de rumbo después de tres años de caídas. El repunte de los dividendos en el sector bancario supuso la mitad del alza total de los repartos en China. Las aseguradoras representaron más de un 33% del aumento, pese a ser un sector pequeño, y las empresas energéticas también incrementaron notablemente su remuneración al accionista.
Los dividendos australianos fueron los más discretos del universo desarrollado. Tan solo lograron avanzar un 1,3% en base subyacente. Los grandes bancos, que distribuyen casi la mitad de los dividendos anuales del país, no aumentaron sus repartos. Sus beneficios se están viendo presionados y estas entidades ya distribuyen una parte considerable de sus ganancias, por lo que tienen poco margen para aumentar los dividendos.
Muy pocas empresas europeas distribuyen dividendos en el tercer trimestre, pero las que lo hacen los incrementaron en gran medida, en consonancia con los alentadores resultados del segundo trimestre, muy importante para los repartos europeos. En el Reino Unido, los dividendos se anotaron un impresionante crecimiento del 11,1% tras tener en cuenta el descenso de los dividendos extraordinarios, la caída de la libra y los efectos temporales.
La previsión de Janus Henderson en cuanto al crecimiento general de los dividendos se mantiene intacta en un 8,5%, lo que sitúa los dividendos totales para 2018 en 1,359 billones de dólares. Sin embargo, en base subyacente, esto implica que el crecimiento en 2018 será del 8,1%, frente al 7,4% pronosticado en la pasada edición del JHGDI.
Ben Lofthouse, responsable de Global Equity Income en Janus Henderson, explica que «el tercer trimestre ha superado nuestras expectativas y, lo que es más importante, la calidad del crecimiento ha sido mejor de lo previsto. Y todo ello pese al efecto negativo de las fluctuaciones de los tipos de cambio y al descenso de los dividendos extraordinarios. Asimismo, cabe destacar que nuestra variable subyacente de crecimiento se situó en cotas elevadas. 2018 puede ser un año volátil y más complicado para los mercados bursátiles, pero el crecimiento constante de los beneficios empresariales debería seguir impulsando los dividendos de forma continuada».
En opinión de Lofthouse, las expectativas en materia de aumento de los beneficios de las empresas en 2019 están comenzando a sufrir ciertas presiones, dado que nos encontramos en la fase final del ciclo económico. «Esto no quiere decir que los beneficios en sí mismos vayan a descender, sino que el ritmo de expansión puede ser inferior al previsto anteriormente. El aumento de las ganancias y la solidez de los flujos de caja apuntan a que los dividendos deberían seguir contando con un sólido respaldo, por lo que los inversores en renta variable centrados en la percepción de rentas periódicas deberían mantener la confianza de cara al próximo año», concluye.