En medio de las duras negociaciones del brexit, la gestora británica Schroders ha reunido en Londres a un centenar de periodistas de todo el mundo para celebrar su tradicional encuentro anual. El contexto es de lo más propicio para entrar en el debate entre un posible hard o un probable soft brexit para Reino Unido.
El tema se aborda, sí, por parte de varios expertos de la firma, pero es una herida abierta para el sector financiero en la que nadie quiere echar demasiada sal. «Como gestores de activos lo que podemos hacer es gestionar nuestro dinero para este período de incertidumbre», defiende Gavin Ralston, responsable de Instituciones Oficiales de Schroders, quien recuerda que desde el referendum de 2016 el mercado británico ha caído un 20%.
Desde el punto de vista de la inversión, las ganas de ver el vaso medio lleno son evidentes. Para Sue Noffke, responsable de renta variable británica de Reino Unido, «las oportunidades están en las compañías internacionales que apenas tienen 1/3 de su negocio en el mercado local y están menos expuestas».
Los grandes perdedores, por el contrario, se encuentran en el sector retail y en la banca doméstica. Además, esta experta añade el sector constructor como otro de los que puede presentar oportunidades como consecuencia del proceso y, a pesar de que las previsiones de crecimiento para Reino Unido en 2019 se sitúan entre el 1 y el 2%.
Eso, por lo que respecta al escenario del soft brexit que casi todos esperan, pero que, tras las últimas dimisiones y la posibilidad de una moción de censura a Theresa May, puede acabar empeorando. En palabras de Azad Zangana, economista de Schroders, «no olvidemos que uno de los dos escenarios posibles es un hard brexit».