El IEB mantiene para España la previsión de crecimiento para este año en un 2,8% y se apoya para ello en dos factores: el consumo de las familias y la contribución del sector de la construcción, gracias a la progresiva recuperación de la inversión residencial.
Las exportaciones de bienes y la inversión en maquinaria y equipo han mostrado, sin embargo, una fuerte desaceleración en la primera mitad del año. El informe destaca que los factores que han influido en la competitividad de los productos españoles son la apreciación del tipo de cambio del euro frente al dólar en la segunda mitad de 2017 o el incremento en el precio del petróleo, que se espera que permanezca alrededor de un 10% por encima de lo previsto.
A ello también hay que sumarle otros factores que incentivan esta situación, como son un entorno de menor crecimiento en algunos de los principales socios comerciales del país y ciertos problemas de oferta en sectores españoles.
Unas previsiones que se enmarcan en el trámite parlamentario de los Presupuestos Generales del Estado para 2018. Según Aurelio García del Barrio, director del Global MBA con especialización en Finanzas del IEB, «el Gobierno se enfrenta ahora a intentar, sin tener apoyos suficientes, aprobar unos nuevos presupuestos con un incremento del gasto en medidas sociales».
Empeoran las perspectivas para Europa
El crecimiento previsto este año para la zona euro es del 2,2%, algo menor que lo estimado, principalmente por las peores perspectivas de Alemania, Francia e Italia, si bien la economía de la zona del euro avanza por una senda de crecimiento sólido y generalizado.
Según este informe, la actividad económica en Alemania y Francia se ha suavizado más de lo esperado en el primer semestre ya que la incertidumbre política en Italia ha provocado condiciones financieras más restrictivas. En cualquier caso, Alemania, la primera economía regional, cerrará 2018 con un crecimiento de un 2,2%.
Desde el IEB, mantienen sin variación los tipos de interés oficiales del BCE hasta el verano de 2019 y, en todo caso, «durante el tiempo necesario para asegurar la continuación de la convergencia de la inflación hacia niveles cercanos al 2% a medio plazo», argumenta García del Barrio.
En relación con las medidas de política monetaria no convencionales, el BCE continuará las compras netas de activos (30.000 millones de euros mensuales hasta el final de septiembre), cuando, siempre que los nuevos datos confirmen las perspectivas de inflación a medio plazo, estas compras se reduzcan a 15.000 millones de euros mensuales hasta el final de diciembre de 2018, fecha en que finalizarán las compras netas de activo.