Los primeros cuatro meses de 2018 resultaron ser un periodo especialmente volátil (con bruscas oscilaciones de precios) para los mercados de renta variable chinos. En enero se experimentó una breve fase alcista seguida rápidamente por una oleada de ventas tras el festival de Primavera del Nuevo Año chino celebrado en febrero, que posteriormente provocó agitación y volatilidad en los mercados durante los meses de marzo y abril.
Charlie Awdry y May Ling Wee, gestores de carteras de renta variable china de Janus Henderson, creen que estos movimientos bajistas fueron reflejo de la mayor cautela de los inversores, probablemente inducida por las crecientes fricciones entre EE.UU. y China en materia de comercio. «La posibilidad de subidas de tipos de interés en EE.UU. también condujo a un aumento de la volatilidad en el conjunto de mercados de renta variable emergentes. Aparte de esto, los inversores han terminado por sentir cierta indigestión ante las valoraciones infladas en el sector de Internet», argumentan.
¿Cuáles son sus perspectivas para la segunda mitad de 2018?
Las encuestas de actividad económica asociadas al índice de directores de compras (PMI) y el endurecimiento de las condiciones monetarias vigentes desde el último tramo de 2017 indican que la actividad económica de China puede que haya tocado techo. Las normas financieras más estrictas que se imponen en el sector de préstamos “fuera del balance de los bancos” (préstamos regulados de forma más laxa principalmente por sociedades fiduciarias, agencias de corretaje y compañías de seguros) está resintiendo a las sociedades débiles, aunque el cumplimiento de directrices más duras se ha pospuesto hasta el final de 2020 para permitir una transición más fluida.
A pesar de los trastornos que causan estas reformas financieras, son necesarias en el empeño de China por cambiar su modelo de crecimiento y reducir su deuda. «Creemos que la sólida rentabilidad y flujos de caja de las empresas, junto con los indicios tempranos de relajación monetaria y descenso de los tipos de interés aplicados a préstamos interbancarios, deberían proporcionar un colchón económico. Entre tanto, las bajas valoraciones que vemos actualmente están favoreciendo a muchos títulos de la «vieja economía», como los de energía y minerales, cotizados en los mercados chinos», explican ambos expertos.
¿Dónde es probable que encontremos las oportunidades de inversión mejor remuneradas?
En su opinión, los títulos de la «nueva economía», como los cotizados en los sectores dirigidos por el consumo y los servicios, podrían verse más afectados por sus perspectivas de crecimiento de beneficios específicas, lo cual probablemente exigirá una acertada selección de títulos. «Esta situación
difiere de la vivida en 2017, cuando simplemente mantener una asignación a China era sinónimo de éxito en la inversión. Ahora hemos adoptado una estrategia compuesta por determinadas empresas de crecimiento, impulsadas por el consumo, que cotizan a precios razonables, y aunque están desfavorecidas son capaces de generar flujos de tesorería; se trata de empresas estatales de la «vieja economía» que operan en sectores como la energía y los materiales», concluyen Awdry y Wee.