Tras un comienzo de año prometedor, sostenido por sólidos fundamentales macroeconómicos y corporativos, los temores inflacionistas de Estados Unidos y los diferentes riesgos geopolíticos provocaron en febrero una interrupción en este escenario. Esto ha desembocado en un aumento de la desconfianza de que se pueda prolongar el momento de las economías ‘goldilocks’ de 2017. Un periodo que se ha caracterizado por crecimientos simultáneos de todas las zonas económicas por primera vez desde 2008, una inflación controlada, energía barata, políticas monetarias “amistosas” y una prolongación indefinida del ciclo económico actual.
Ignacio Muñoz-Alonso, estratega jefe macroeconómico de Inversis, cree que esto se debe a que el ciclo económico, aunque no muestra síntomas claros de agotamiento, está muy maduro, sobre todo en EE.UU., por lo que se muestra más vulnerable a factores exógenos, como son la geopolítica o la evolución de las materias primas. Además, destaca que “el sentimiento de mercado comienza a cambiar de cara a dos posibles escenarios: por un lado, la desaceleración, si finalmente las economías pierden el ritmo tras años de expansión. Por otro lado, el recalentamiento o inflación, si son capaces de mantener el paso, ya que las buenas noticias se vuelven malas si se interpretan como un posible sobrecalentamiento”.
De esta forma, y al venir de un momento “mejor imposible”, el mercado valora los datos con un sesgo negativo. Sin embargo, desde Inversis consideran que esta visión más pesimista debe analizarse con precaución, destacando que los fundamentos macroeconómicos siguen siendo sólidos y no esperan que cambien en los próximos meses. El estratega jefe de la entidad destaca la necesidad de “mantenerse alerta de los indicadores de sentimiento, ya que en ocasiones pueden ocasionar o anticipar movimientos del mercado que se deben analizar”. Hay sólidos datos, no obstante, en los que poder apoyarnos, como por ejemplo que EE.UU. ha contenido su inflación y se prevé que continúe de la misma manera.
En cuanto a Europa, apuntan desde Inversis a que, aunque el repunte del petróleo elevará temporalmente la inflación, prevén que esta se mantenga por debajo del 2% hasta 2020 por el fortalecimiento del euro y la recaída de la cotización del crudo. Otro elemento que respalda la estabilidad de la macroeconomía es la solidez del sector bancario. La tendencia observada entre los bancos globales es aplicar políticas macroprudenciales, impulsadas por las reformas regulatorias. Esta nueva visión del negocio se apoya en una orientación hacia el segmento minorista, con fuentes de ingresos más estables, aumento de la capitalización y de la proporción de fondos minoristas estables en sus balances, y la reducción de su apalancamiento.
En cuanto al petróleo, Inversis señala que la fortaleza de la demanda, el recorte de cuotas de producción de la OPEP, el colapso de Venezuela y la crisis de Irán están haciendo subir los precios por encima de las caídas de inventarios globales. Ante ello, mantienen la previsión de que oferta y demanda estarán estos años en equilibrio y no creen sostenibles a medio plazo cotizaciones superiores a los 75 dólares por el abaratamiento de las energías alternativas y la revolución del fracking.
Por regiones, Muñoz-Alonso señala en relación a EE.UU., que se espera una aceleración en el PIB, indicador que ha estado lastrado por factores estacionales y de consumo, y se prevé que la media anual pase de 2,3% en 2017 a 2,8% en 2018 y 3,0% en 2019. Apunta, no obstante, a que el impulso fiscal tendrá un menor impacto sobre el consumo, ya que una parte se destinará a aumentar la tasa de ahorro de los hogares y cerca de un tercio se diluirá vía importaciones. Asímismo, esperan que continúe el descenso gradual de los índices de confianza, que se han re-sincronizado con los datos de actividad real, en línea con un crecimiento del entorno del 2,5%-3%.
En cuanto a la economía europea, los indicadores a corto plazo sugieren que el ritmo de crecimiento se ha enfriado ligeramente durante el primer trimestre del año, como resultado de diversos factores estacionales. A pesar de ello, se espera que el crecimiento del PIB se mantenga fuerte, moderándose levemente a medida que el estímulo monetario se retire gradualmente y el crecimiento del comercio mundial se estabilice.
El buen ritmo de crecimiento es atribuible a China a pesar de que este año seguramente se ralentice, aunque de forma marginal, tanto por las políticas iniciadas por el gobierno como por la incertidumbre comercial en el exterior. Por su lado, en Japón se ha producido una ruptura con la espiral deflacionista de las últimas décadas, lo que supone un hito para la economía nipona.
Mercados y perspectiva de cartera
Desde la entidad consideran que, a pesar de los episodios recientes en la actualidad, la volatilidad en las bolsas se mantiene por debajo de la media. Adicionalmente, apuntan a que, en ausencia de grandes riesgos sistémicos, esperan una volatilidad moderada, con episodios relativamente breves de más nerviosismo. En relación a la renta fija, desde Inversis muestran preferencia por los bonos de EE.UU. y de emergentes (con duraciones medias, pero con la divisa cubierta, restando cerca de un 3% anual) frente a los de la zona Euro (evitando duración). En cuanto al crédito Investment Grade, esperan un repunte moderado de los diferenciales por la incertidumbre geopolítica y la volatilidad en los mercados. Apuestan en este caso por los bonos de EE.UU. y emergentes frente al crédito europeo.
Con respecto a los bonos de alto rendimiento, la compañía recomienda evitar high yield europeo, sustituyendo por deuda emergente e incrementando el americano. Del high yield europeo Muñoz-Alonso adelantó que no compensa el riesgo al tener una pérdida esperada de entre el 3 y el 4%.
Ante ello, el estratega macro de la entidad, destacó la apuesta de Inversis por una estrategia de cartera con un asset allocation que sobrepondera la renta variable frente a la renta fija, con un mayor peso del mercado europeo frente al norteamericano y un incremento de emergentes con respecto al índice. Muñoz-Alonso no obstante, recomendó protegerse del cambio de divisa puesto que considera que el dólar continuará retrocediendo frente al euro.