La tesis macroeconómica general, caracterizada por un elevado nivel de deuda y un envejecimiento de la población, se mantiene vigente y seguirá provocando un entorno de rendimientos bajos. Sin embargo, la calidad crediticia está deteriorándose, por lo que es crucial realizar análisis adecuados, apunta Fidelity entre sus perspectivas para este año.
Para Ian Spreadbury, gestor del fondo FF Flexible Bond Fund, la inversión en renta fija será cada vez más selectiva. “Se puede encontrar valor, pero hay que analizar bien los activos para poder detectarlo”, afirma. En su opinión, uno de los activos más interesantes será la deuda de los mercados emergentes. “Atractiva sí, pero de forma selectiva”, insiste.
También advierte sobre el mercado de high yield, “los rendimientos de la deuda pública se mantienen en sus bandas actuales. Los bonos corporativos se han comportado muy bien en 2017 y podrían seguir haciéndolo en 2018, pero hay áreas de esta clase de activos donde las valoraciones están forzadas, sobre todo en el mercado de bonos high yield”, señala.
En este contexto, Spreadbury apuesta por una mayor flexibilidad, que puede beneficiar a los inversores en bonos en este punto del ciclo, pero “hay que buscar un equilibrio entre el riesgo y el retorno”.
Según las perspectivas de la gestora, el comportamiento del mercado estará marcado por esa normalización de las políticas monetarias de los bancos centrales que, en opinión de Spreadbury, “seguirá siendo un problema estructural gradual y no resuelto” que mantendrá los rendimientos bajos.
Por ahora, su tesis macroeconómica general no ha cambiado y señala que nos moveremos en un entorno de bajo crecimiento e inflación, con grandes factores estructurales que lastran a la economía mundial.