La principal lección que hemos aprendido en 2017 sobre el sector tecnológico es que la innovación y los cambios tecnológicos a largo plazo supera a las políticas y a la macroeconomía a corto plazo, según Janus Henderson Investors. En este sentido, nos piden volver al período posterior a las elecciones presidenciales etadounidenses, cuando la inesperada victoria del republicano Donald Trump impulsó un repunte de los valores cíclicos y la negatividad en el sector tecnológico, dado el explícito apoyo a los demócratas por parte de muchos de los líderes del sector.
«Hoy echamos la vista atrás y vemos 2017 como uno de los años más fuertes para los valores tecnológicos, ya que hubo una aceleración generalizada en muchos de los temas de inversión de nuestras carteras. La transformación de internet y la sensación de que ‘el ganador se lleva la mayor parte’ fueron muy evidentes a nivel global», explican Alison Porter, Graeme Clark y Richard Clode, gestores de cartera en el equipo de tecnología global de Janus Henderson Investors.
Estos expertos creen que la migración a la nube sigue a ritmo acelerado y observan un punto de inflexión en inteligencia artificial, que está haciendo posible una gran variedad de nuevas tecnologías que van desde asistentes virtuales activados por voz hasta la conducción autónoma.
¿Qué temas serán clave para sus mercados en 2018 y qué implicaciones tendrán en el posicionamiento de la cartera?
Al igual que en 2017, es probable que los cambios en política monetaria, la reforma fiscal y las elecciones de mitad de mandato en EE. UU. dominen el contexto macroeconómico para los mercados de renta variable, y desde Janus Henderson creen que la tecnología seguirá estando impulsada por su capacidad para incrementar la productividad y afectar a la vieja economía.
«Ya hemos visto el cambio de la política monetaria y de la expansión cuantitativa a un enfoque centrado en la relajación fiscal con reducciones de la presión fiscal y un aumento del gasto estatal; el populismo al alza exige el final de la austeridad y los bancos centrales buscan comenzar el proceso
de retirada de los estímulos monetarios. Esto probablemente continuará en 2018 haciendo hincapié en la reforma fiscal estadounidense, que podría ofrecer un estímulo a la economía estadounidense a través de la reducción de la presión fiscal, mientras que un impuesto sobre ingresos extraordinarios
para los beneficios corporativos estadounidenses repatriados tiene el potencial de sacar a la luz billones de efectivo corporativo estadounidense que se ha mantenido ‘offshore'», explican.
Los expertos destaca que la mayoría de efectivo pertenece a empresas tecnológicas y su repatriación da la oportunidad de que estas empresas inviertan más en investigación y desarrollo, aumenten su gasto de capital, se embarquen en fusiones estratégicas y a la larga impulsen la rentabilidad para los accionistas. «Parece que nuestras carteras se beneficiarán de las grandes empresas tecnológicas estadounidenses con una cantidad significativa de efectivo ‘offshore'», añaden.
El sector tecnológico es verdaderamente global, depende de un comercio relativamente sin fricciones y sus precios se marcan fundamentalmente en dólares
Aunque no sea evidente actualmente, los potenciales obstáculos incluyen la apreciación del dólar, que haría la tecnología más cara y las políticas comerciales más proteccionistas. «Creemos que la regulación y la competencia seguirán siendo riesgos significativos pero manejables. La seguridad y privacidad de los datos seguirán siendo supervisadas por los reguladores, mientras que el crecimiento de la tecnología también atrae una gran cantidad de capital público y privado, lo que puede llevar a una competencia irracional y a valoraciones abundantes de acciones en algunas áreas del mercado»
¿Qué riesgos y oportunidades consideran clave para 2018?
Desde Janus Henderson ven la tecnología a través de distintas olas que abarcan desde la llegada del ordenador central a través del PC y la llegada de Internet, hasta los teléfonos inteligentes, el internet móvil y la nube. En su opinión, esta tercera ola cuenta con mucho espacio para crecer, puesto que
aproximadamente solo la mitad de la población mundial está actualmente en línea. «Seguiremos invirtiendo en valores tecnológicos equilibrando el potencial de crecimiento más atractivo y las barreras sostenibles con una disciplina de valoración en torno a temas que hemos identificado como claves a largo plazo, incluidos la localización de ganadores en la transformación global de internet, los beneficiarios de la transición a la nube y la digitalización de pagos», argumentan los gestores.
Por último, creen que el comienzo de la cuarta ola de inteligencia artificial presenta también oportunidades para obtener exposición a nuevas y emocionantes áreas de cambio como la revolución tecnológica en el transporte.