Hasta este momento del ciclo, la economía de EE.UU. ha ido bien sin la adrenalina extra del mercado privado de crédito. En otras palabras, y según apunta James Swanson, estratega jefe de MFS Investment Management, el crecimiento desde 2009 ha sido orgánico, sin necesidad de que los consumidores se endeudaran para comprar bienes y servicios, ni que las compañías expandieran de forma radical su deuda, con nuevas emisiones de bonos para fomentar las ventas. Hasta ahora, la evolución de los beneficios ha sido clave para hacer sostenible esta situación.
Sin embargo, como señala Swanson en su blog “On The Outlook”, no todo va tan bien. El uso –o abuso- del crédito podría ser una indicación de lo que puede llegar a ocurrir durante la siguiente fase del ciclo empresarial.
Swanson apunta cuáles son los tres focos de preocupación sobre el crédito que deberían mantener al inversor alerta, y dónde estamos ahora para cada uno de ellos:
La aceleración del crédito privado puede derivar en burbujas
Cuando el crecimiento del crédito privado alcanza entre el 6% y el 8% del PIB en EE.UU., generalmente, estamos ante una señal de agotamiento del ciclo empresarial. ¿Por qué? Demasiado crédito provoca que la economía crezca por encima de su capacidad instalada y pueden formarse burbujas, explica el experto. Cuando esto ocurre, se producen excesos de capacidad, desembocando generalmente en una situación de recesión y un enfriamiento de los resultados, que a menudo va precedida por un colapso de los mercados bursátiles.
Hoy, el crecimiento del crédito es bajo. Los esfuerzos de la Reserva Federal por crear algo de crecimiento crediticio no están funcionando bien. La velocidad del dinero –o el movimiento de efectivo y préstamos bancarios a través de la economía- sigue siendo baja, pero está acelerándose, explica Swanson.
Un exceso de emisiones corporativas puede dañar la calidad del crédito
Cuando las empresas utilizan el crédito para estimular el crecimiento de sus ventas, su calidad crediticia suele caer en picado y su habilidad para repagar la deuda se resiente. Los que invierten en emisiones de crédito corporativo exigen una prima sobre los bonos del Tesoro, más seguros. A medida que ese diferencial aumenta, las emisiones de crédito se van comportando peor que sus bonos del Tesoro equivalentes, explica el gestor.
Hoy, las empresas están empezando a incrementar las emisiones de deuda en el mercado de bonos y estamos empezando a ver incrementos significativos en los préstamos comerciales e industriales. Si bien esto es normal, suele ocurrir al inicio del ciclo económico expansivo, momento en el que el crédito puede ayudar a reavivar el crecimiento. Según va aumentando el nivel de endeudamiento, suele producirse un empeoramiento de la calidad crediticia, en particular en el mercado de deuda high yield. Por el momento, las medidas de crédito siguen siendo sólidas, pero el ratio clave de deuda sobre cash flow está empezando a subir, por vez primera en este ciclo.
Puede ligarse el crédito a la inflación
El crecimiento del crédito puede llevar al crecimiento económico, pero si el crédito se acelera demasiado rápido, también puede provocar inflación, algo normalmente mal recibido por los inversores. En las fases iniciales de la inflación, la bolsa puede subir y la calidad crediticia puede mejorar. Sin embargo, cuando empiezan a subir los salarios, los beneficios terminan por caer.
Por ahora no hay señal de presiones inflacionistas, ni evidencia alguna de excesos de capacidad en las fábricas, los comercios o el mercado laboral de EE.UU. Sin embargo, este favorable entorno puede cambiar si se acelera la expansión del crédito.
Como resume Swanson, el crédito no es algo malo, sino más bien algo necesario para financiar necesidades actuales para generar ingresos futuros. Tanto los consumidores como las empresas tienen razones legítimas para tomar prestado dinero con el objetivo de financiar grandes compras o proyectos. Sin embargo, recuerda que el según crece el uso –o más bien el abuso- del crédito, este puede llevar a la economía a la recesión.
Swanson concluye apuntando que en la actualidad la utilización del crédito en EE.UU. está dentro de lo normal, pero advierte que el señuelo del crédito podría arruinar el caso de inversión para 2014 si la aceleración del mismo va acompañada de un deterioro de su calidad. “El exceso de crédito es un aviso de tormenta, algo que desde MFS vigilamos muy de cerca, y creemos que merece la pena introducir algo de conservadurismo en nuestros portafolios de bolsa y crédito, por si acaso”.