La renta variable y la deuda de mercados emergentes han tenido un excelente comportamiento en lo que llevamos de 2017 y se debe, según NN IP, a la aceleración de la demanda en los mercados desarrollados y el encarecimiento de las materias primas, que han disparado el crecimiento de las exportaciones de los países emergentes. «En tanto en cuanto no se sustancien las medidas proteccionistas del gobierno estadounidense, la mayor parte de los mercados emergentes se beneficiará casi con toda probabilidad del tirón de la demanda mundial», explican.
En cuanto a los activos, creen que los mercados emergentes son la mejor región bursátil, mientras que la deuda emergente (tanto en moneda nacional como en moneda fuerte) se ha aupado a los primeros puestos de las clasificaciones de rentabilidad. En opinión de la firma, «las perspectivas económicas de los mercados emergentes empeoraron súbitamente a raíz del triunfo de Donald Trump en las elecciones estadounidenses, pero ahora nos encontramos ante lo que podría denominarse un período de transición en el que los inversores están esperando acontecimientos hasta que se concreten las nuevas medidas y la dirección de las políticas económicas estadounidenses durante los próximos años».
Así pues, el fin de la subida de los rendimientos de la deuda estadounidense y de la apreciación del dólar fue claramente un revulsivo para los activos de mercados emergentes que han registrado el mejor dato de exportaciones de los últimos cinco años. Desde NN IP, observan una clara mejoría del crecimiento emergente basada en su indicador interno de crecimiento para los mercados emergentes, que alcanzó su nivel más alto de los últimos cuatro años a mediados de febrero.
Por ahora, afirman que la recuperación del crecimiento en los países emergentes tiene visos de continuar. Es el caso, especialmente, de las economías exportadoras de productos manufacturados, como las del este de Asia, Europa central y México. Al mismo tiempo, los exportadores de materias primas de Europa oriental, África y Sudamérica siguen beneficiándose de la mejoría del crecimiento de los mercados desarrollados y el fuerte incremento de la inversión en infraestructuras de China. «Por ahora, la dinámica de crecimiento en los mercados emergentes es simplemente demasiado vigorosa como para desviar la atención de los inversores hacia los riesgos», afirman.
Los principales riesgos para el crecimiento de los países emergentes los sitúan en una aceleración más acusada de lo previsto del crecimiento chino y las medidas proteccionistas en EE.UU., que podrían hacer estallar una guerra comercial con China. “Una desaceleración china haría a los mercados vulnerables a lo que Trump esté cocinando”, señalan.
Lo cierto es que tras cuatro trimestres de aceleración, el crecimiento chino probablemente vuelve a estar cerca de marcar un máximo cíclico. El crecimiento generalizado del crédito se ha frenado desde enero de 2016; al mismo tiempo, desde el tercer trimestre del año pasado hemos asistido a la aprobación de medidas de amplio calado para enfriar el sector inmobiliario. Las autoridades chinas llevan un tiempo alertando de forma cada vez más explícita sobre los riesgos de burbujas en los precios de los activos, sobre el excesivo aumento del endeudamiento y sobre los riesgos para el sistema financiero en general.
En lo que respecta a las políticas de comercio exterior de Trump y sus relaciones con China, desde NN IP creen que sigue siendo difícil hacer predicciones. “Suponemos que la nueva administración querrá cerrar el equipo a cargo de la cartera de comercio antes de hacer el primer movimiento en las negociaciones comerciales con China. Estas serán probablemente mucho más hostiles que con el gobierno de Obama. En otras palabras, los mercados deberían prepararse para una gran dosis de política al límite”.
La firma refuerza, por lo tanto, su apuesta por la renta variable y la deuda de mercados emergentes al tiempo que eleva gradualmente hasta sobreponderar sus posiciones en monedas nacionales y su deuda denominada en dólares. “Seguimos siendo cautos sobre los bonos de mercados emergentes denominados en moneda nacional, en los que seguimos estando infraponderados”, concluyen.