La normalización de la política monetaria se prolongará en EE.UU. al menos un lustro, un período en el que, según Bob Michele, CIO de renta fija de JP Morgan, la Fed subirá los tipos de interés cada dos meses empezando ya este mes de marzo. En su opinión, “a final de año se entraría ya en territorio de tipos neutrales”.
Durante una conferencia sobre las oportunidades en renta fija organizada por la gestora, Michele ha señalado, no obstante, que el principal problema que tiene la Fed es gestionar el volumen de deuda soberana estadounidense que tiene en su balance. “En 2018 serán 425.000 millones de dólares en bonos del Tesoro. ¿Cómo va a esperar a su vencimiento? Dar marcha atrás va a ser difícil, tendrá que ir soltando esa deuda poco a poco o refinanciarla porque podría aplastar el mercado”, explica.
El experto reconoce, además, que «es bajista con la renta fija» y que la rentabilidad de los bonos no puede hacer otra cosa que subir en un entorno de aumento de la inflación y los tipos de interés. Es decir, la tendencia iniciada tras la victoria de Trump que ha llevado al bono del 1,5% al 2,4% de rendimiento, continuará. “El Treasury (bono a 10 años estadounidense) va a ser como una especie de muelle. En verano veremos un cambio en la rentabilidad”, asegura. En los próximos 12 meses pronostica que alcance el 3,5% de rentabilidad.
Ante una época experimental en política monetaria
En la trayectoria alcista que, a priori, han iniciado los tipos de interés tiene mucho que decir el sucesor de Janet Yellen al frente de la Fed. Según Michele, hay una corriente que apuesta por la continuidad de Yellen pero “tienen un 0,0% de posibilidades de acertar”. En este sentido, cree que la Fed ha estado hasta ahora controlada por académicos que aplican los modelos econométricos tradicionales. “Esos modelos funcionan bien en la teoría, pero no en el mundo real”, explica. En su opinión, “es bueno que a la Fed llegue alguien del mundo real y no tan académico”.
De hecho, la realidad nos ha demostrado en los últimos años que las teorías pueden no cumplirse. La teoría dice, por ejemplo, que una política monetaria acomodaticia es lo mejor para la renta variable, pero la realidad es que la renta fija ha tenido un comportamiento espectacular. “Nos encontramos en una época experimental en política monetaria y hay que descubrir si la apreciación de los activos desde 2009 es sólo un efecto monetario”, asegura Michelle.
Como responsable de renta fija de una de las mayores gestoras de fondos del mundo, a Michelle no le duele reconocer que es alcista con la renta variable. “Si aumentan los tipos a un ritmo del 1% anual, la Bolsa va a ir muy bien, si suben un 0,5% se creará un mercado bajista”.
En cuanto a las opciones dentro de la renta fija, se centran en reducir duraciones, los bonos ligados a la inflación, la renta fija High Yield tanto europea como estadounidense y la deuda de mercados emergentes en moneda local. «Muchos creen que estoy loco por recomendar deuda emergente en divisa local pero estas divisas ya han hecho sus ajustes. Por otra parte, si protejo la divisa renunció a una gran parte de la rentabilidad y no quiero», concluye.