El efecto Trump es una burbuja especulativa, y como todas las burbujas, finalmente va a estallar cuando los inversores se den cuenta de que el nuevo presidente es incapaz de mantener sus promesas. En opinión de Christopher Dembik, economista de Saxo Bank, “hasta ahora, el efecto inmediato más visible de su historia ha sido el incremento de 50 puntos básicos en el rendimiento de los bonos de EE.UU. a 10 años desde el 8 de noviembre”.
Los inversores han anticipado que la política económica de Trump será inflacionista. No obstante, la complacencia del mercado no se justifica en vista de las políticas proteccionistas reafirmadas por el nuevo presidente en su discurso inaugural. “La vuelta a la realidad podría ser brutal para los inversores, dado que, en un mundo globalizado, el proteccionismo tendrá un coste económico a gran escala.
La economía de EE.UU. no necesita realmente a Trump
El historial económico de los años de Obama es bastante positivo. Los indicadores económicos son sólidos: Barack Obama y Janet Yellen han dejado la economía con buena salud, y en muchos aspectos mucho más fuerte que antes de 2008, especialmente en lo que se refiere al sector financiero.
Además, la inflación está de vuelta. Al contrario de la zona euro, el aumento de la inflación no sólo es causada por los precios de la energía, sino también por un aumento de los salarios medios (más 0,4% en diciembre) como resultado de la dificultad de los empleadores en la búsqueda de empleados cualificados.
La inflación del 2% prevista para 2017, podría reducir la carga de la deuda de los hogares estadounidenses (alrededor de 12.29 billones de dólares) y limitar los riesgos relacionados con la burbuja de la educación de Estados Unidos (que representa más de 1,23 billones, según la Fed).
Sin embargo, no todo el historial de Obama es brillante. Su principal fracaso económico radica en su incapacidad para luchar contra el aumento de la desigualdad, que sin duda es el factor clave que explica la victoria de Trump.
En opinión de Dembik, las medidas económicas propuestas por Trump no son claramente capaces de hacer frente a la cuestión de la desigualdad, lo que podría crear rápidamente el resentimiento de su base electoral. “En realidad, sólo dos medidas económicas tienen sentido económico: el plan de gastos de infraestructura, y en menor medida, los recortes de impuestos”.
México es la excusa, el verdadero objetivo de Trump es China
Es casi seguro que la presidencia Trump anunciará una nueva era de conflicto, tanto en el país como en el extranjero. «El presidente americano es, sobre todo, un hombre de negocios, un oportunista que favorecerá alianzas oportunistas, más bien como lo hace China, lo que podría confundir inicialmente a los socios europeos de Estados Unidos», opina.
“El aspecto comercial es una gran preocupación. El proteccionismo equivale a un impuesto que deben pagar los hogares porque las mercancías importadas serán más caras. Es una ilusión creer que es posible producir un bien de principio a fin en un país desarrollado como Estados Unidos sin que se aumenten los costes”, explica el experto.
Por el momento, Trump está apuntando a México, su objetivo más fácil ya que el 80% de las exportaciones del país van a Estados Unidos. Pero, en su opinión, el verdadero objetivo del nuevo presidente es China. “Este será un oponente mucho más duro. Una cifra demuestra el coste económico de una guerra comercial entre Beijing y Washington: China y los países que exportan a China representan el 40% del PIB (3,1 billones).
En cuanto a la política monetaria, el experto destaca que la política de infraestructuras de Trump necesita tipos de interés relativamente bajos para garantizar préstamos atractivos. Sin embargo, la opinión de la Fed es claramente favorable a la elevación de los tipos de interés, tal vez incluso más rápidamente de lo que el mercado prevé.
El impacto en la Euro Zona
El consenso de mercado considera que la divergencia de política monetaria entre el Banco Central Europeo y la Fed conducirá a un fortalecimiento del dólar y un debilitamiento del euro. En el corto plazo, es muy difícil ver qué podría impedir un dólar más fuerte, pero en el medio plazo es dudoso si esta tendencia va a durar. De hecho, la política económica de Trump debería conducir a un aumento de los tipos de interés soberanos, junto con las crecientes presiones inflacionarias.
Para superar esto, Estados Unidos no tendrán más remedio que permitir que su país se deprecie para exportar la inflación a sus socios comerciales. Para la zona euro, esto debería significar un nuevo ciclo de tipos de interés, un euro más fuerte y un aumento de la inflación, lo que penalizará directamente el poder adquisitivo de las familias, especialmente en países de bajo crecimiento como Francia.
En estas condiciones, el BCE se verá obligado a mantener su posición acomodaticia durante más tiempo de lo previsto, lo que podría llevar a tensiones crecientes entre los partidarios de Draghi y Alemania y sus aliados, que están pidiendo medidas de salida.
El riesgo de Trump es real en 2017, pero el mayor riesgo, ignorado por los inversores, es el de una crisis abierta en el BCE con respecto a la política monetaria.