Es un hecho contrastado que la tecnología ha servido de motor de desarrollo y progreso. Existen pocas actividades económicas, sociales o de ocio actualmente en las que la tecnología no juegue un papel destacado. Pero más allá de eso, la tecnología se ha convertido también en un catalizador de emociones. Es gracias a ella que es posible conectar con las cosas y personas que más nos importan. Así lo confirma con rotundidad la I Radiografía de los españoles smart, promovida por SPC, que ha determinado que un 95% de los españoles afirma que la tecnología ha impulsado alguno de los momentos importantes de sus vidas.
El estudio de la compañía española de electrónica de consumo confirma que, por encima de todo, la tecnología ha sido un activo clave para el desarrollo de las aficiones de las personas, como señala el 84,3% de los encuestados. Es también un importante motor para la generación de amistades, según confirma el 62,7% de la muestra. En este sentido, son las generaciones más jóvenes las que más se inclinan a emplear la tecnología para expandir su círculo de conexiones humanas: un 75,3% de los encuestados de entre 18 y 24 años se siente identificado con esta afirmación, mientras que el resto de las generaciones se mueven en porcentajes entre el 55% y el 67%.
Los mayores, felices con la tecnología
A pesar de la percepción popular de que la tecnología es cosa de jóvenes, la encuesta arroja datos significativos que consolidan a nuestros mayores como grandes beneficiados a nivel emocional del uso de la tecnología. Así, un 80% de las personas de entre 65 y 75 años consultadas asocia la tecnología con sentimientos positivos. En el lado opuesto, un porcentaje extremadamente bajo la asocia con emociones negativas como la tristeza por sentir que les aleja de lo que más les importa (0,7%) o el enfado por sentirse incapaces de sacar partido a todas sus ventajas (4,4%).
Entre los principales sentimientos positivos asociados al uso de la tecnología sobresale la tranquilidad que aporta a usuarios de todas las edades, ayudando a simplificar tareas tanto laborales como vinculadas a la vida diaria o doméstica (42,2%). La generación que más ha abrazado esta forma de entender la tecnología es la que va de los 45 a los 54 años (51,8%), seguida por los segmentos de edad colindantes. Esto da pistas de la confianza que estas generaciones han generado en torno a determinados dispositivos que conocen y llevan mucho tiempo utilizando. La felicidad por ayudar al usuario a conectar con lo que más le importa, como personas o aficiones, marca al 24,5% de la muestra, siendo el segundo sentimiento positivo más destacado en este estudio.
Smartphone y tablet, los principales imprescindibles
La conexión con uno mismo y con las cosas que más nos importan puede hacerse a través del uso de numerosos dispositivos: los que cuidan nuestra salud, los que nos mantienen en contacto con personas importantes para nosotros, los que nos entretienen, los que velan por nuestra seguridad… En este sentido, la encuesta apunta que el smartphone es el dispositivo más imprescindible en el día a día de las personas, con 2 de cada 3 encuestados (63,5%) afirmando que sería incapaz de renunciar a su teléfono móvil durante 24 horas.
Mientras que en el caso del smartphone existe una importancia en el día a día casi homogénea al margen de la edad del encuestado, sí se perciben notables diferencias en el vínculo entre el usuario y la tablet. En cifras generales, la tableta es el segundo dispositivo más imprescindible para los españoles, con un 15,4% de la muestra que la considera fundamental en su vida cotidiana. Así, frente al 9,3% de encuestados de entre 18 y 24 años que se identifican con esta afirmación, la generación de entre 65 y 75 años eleva esta importancia cotidiana hasta el 23,7%.
Siguen a estos dispositivos los aparatos de radio (14,1%) y los auriculares (14%), si bien se registran cambios reconocibles entre generaciones. Solo el 9,3% de la muestra más joven dice depender del transistor, frente al 19,3% del segmento entre 65 y 75 años. Por su parte, el 40,2% de la población de entre 18 y 24 años se reconoce usuaria asidua de auriculares, mientras que solo el 8,9% de los más mayores de la muestra depende diariamente de estos dispositivos. Por otro lado, resulta reseñable que el 80,6% del total de los encuestados se ha admitido incapaz de renunciar a al menos un dispositivo, demostrando que la tecnología es parte fundamental en las vidas de las personas.