El dióxido de carbono presente en la atmósfera terrestre está alcanzando niveles jamás vistos, por lo que la necesidad de vigilar las fuentes de emisiones es más urgente que nunca. De ahí que Vigilancia del Dióxido de Carbono (CO2M) de Copernicus sea una de las nuevas misiones satelitales de alta prioridad de Europa. Con el objetivo de optimizar dicha vigilancia, la ESA (Agencia Espacial Europea) y OHB System AG han dado un nuevo y significativo paso adelante al firmar el contrato para construir los dos primeros satélites de la misión. El contrato, de 445 millones de euros, permitirá a OHB liderar el consorcio industrial que comenzará a construir los dos satélites.
La misión será la primera en medir cuánto dióxido de carbono se libera a la atmósfera a través de la actividad humana específicamente.
Aunque las mediciones en superficie han hecho posible rastrear los cambios generales en el contenido de dióxido de carbono de la atmósfera, no permiten establecer de forma fiable qué emisiones antropogénicas proceden de los distintos países, regiones o incluso ciudades. Las nuevas mediciones desde el espacio también ofrecerán datos globales comparables.
Ese es el objetivo de la misión Vigilancia del Dióxido de Carbono, o CO2M (siglas de Carbon Dioxide Monitoring), de Copernicus. Al mismo tiempo, los datos recogidos se utilizarán para ayudar a hacer el seguimiento e implementar los objetivos establecidos en el Acuerdo de París.
El director de los Programas de Observación de la Tierra de la ESA, Josef Aschbacher, ha afirmado: “Estamos encantados de haber firmado este contrato para que OHB pueda avanzar en el desarrollo de la misión. El cambio climático es algo que nos preocupa mucho y la misión CO2M está llamada a revolucionar la vigilancia de las emisiones, de forma que los responsables de la toma de decisiones dispongan de información clave”.
Marco Fuchs, CEO del grupo OHB, ha dicho: “Me enorgullece enormemente poder implementar la misión CO2M como contratista principal. La cuestión de cómo evolucionará en las próximas décadas la proporción de dióxido de carbono en la atmósfera también determinará el futuro del clima mundial”.
Copernicus es el mayor proveedor de datos de observación de la Tierra en el mundo y, mientras la Unión Europea dirige este programa de vigilancia medioambiental, la ESA desarrolla, construye y lanza los satélites. También opera algunas de las misiones y garantiza la disponibilidad de los datos de misiones de terceros.