La escasez de agua en el desierto es una de esas realidades que parecen inmutables en el tiempo, pero el MIT ha desarrollado un dispositivo capaz de obtener agua potable directamente del aire más seco del desierto. La clave está en la humedad que, incluso en los lugares más áridos del planeta, está presente en el aire.
El nuevo dispositivo, basado en un concepto que el equipo propuso por primera vez el año pasado, ha sido probado en el campo en el aire de Tempe, en Arizona, confirmando su potencial. El sistema, basado en materiales relativamente nuevos de alta superficie, llamados marcos de metal y orgánicos (MOF), puede extraer agua potable incluso del aire más seco del desierto, según los investigadores, con humedades relativas de incluso el 10%.
La novedad es precisamente que los métodos actuales para extraer agua del aire requieren niveles mucho más altos: 100% de humedad para los métodos de recolección de niebla y más del 50% para los sistemas de refrigeración por rocío, que también requieren grandes cantidades de energía para enfriar. Entonces, el nuevo sistema podría suplir una necesidad insatisfecha de agua incluso en las regiones más secas del mundo.
Los investigadores creen que con un dispositivo más grande del que se ha utilizado para el ensayo y con una elección óptima del material, la producción puede ser hasta tres veces superior a la de la versión actual. “A diferencia de cualquiera de los métodos existentes para extraer agua del aire a muy bajas humedades, «con este enfoque, en realidad puedes hacerlo, incluso bajo estas condiciones extremas», asegura Evelyn Wang, profesora Gail E. Kendall en el Departamento de Ingeniería Mecánica del MIT y autora principal de las investigaciones.
El siguiente paso, dice Wang, es trabajar en la ampliación del sistema y aumentar su eficiencia. «Esperamos tener un sistema que pueda producir litros de agua. La idea sería producir unidades suficientes para suministrar agua a los hogares individuales”, afirma. «Esto proporciona un nuevo enfoque para resolver el problema de la escasez de agua en climas áridos», dice Yang. «Esta tecnología, si se puede aumentar aún más su capacidad de producción, puede tener un impacto real en áreas donde el agua es escasa, como el sur de California», concluye la investigadora.