Las FinTech han venido a revolucionar el mundo financiero tal y como lo conocemos. Frente a quienes ven en ellas unos servicios financieros más transparentes y accesibles, están quienes recelan de su falta de regulación. En la presentación del Libro Blanco de las Fintech, Jesús Pérez, presidente de la AEFI, ha explicado que, “uno de los grandes desafíos a los que se enfrenta nuestra sociedad es la distribución de la riqueza. Es complicado que esto suceda mientras el acceso a la inteligencia financiera sea algo costoso y no al alcance de todos. Es por tanto una obligación como sociedad buscar la democratización de las finanzas”.
Las FinTech engloban todas aquellas actividades que impliquen el empleo de la innovación y los desarrollos tecnológicos para el diseño, oferta y prestación de productos y servicios financieros.
Desde la AEFI (Asociación Española de Fintech e Insurtech) exponen que, “en el contexto económico y político actual, la falta de proactividad de los poderes públicos a la hora de realizar acciones concretas para proceder a la regulación del fenómeno FinTech, implicaría una clara desventaja competitiva que se traduciría en una salida de capital y de empresas hacia entornos regulatorios más seguros”.
Y es que, a diferencia de España, la mayoría de los países de nuestro entorno, han iniciado o están en trámites de iniciar proyectos piloto para diseñar un marco normativo comprensivo del fenómeno FinTech. “Garantizar una mayor seguridad jurídica para las entidades españolas y desarrollar un entorno regulatorio atractivo para el capital extranjero está al alcance de las autoridades nacionales”, matiza Pérez.
Pérez ha explicado que el Libro Blanco “no plantea una regulación ad-hoc para las entidades FinTech en España, sino identificar qué aspectos vigentes en las condiciones de acceso a las actividades sujetas a reserva de actividad y en las condiciones aplicables al ejercicio de tales actividades financieras deberían ser objeto de revisión y mejora para adecuar dicho marco legal y reglamentario a nuevas formas de prestar servicios financieros”.
Reino Unido, pionero
Reino Unido ha sido el pionero en el desarrollo de incentivos regulatorios para el desarrollo de entidades FinTech. A través de la Financial Conduct Authority (en adelante “FCA”), se lanzó la iniciativa “Project Innovate” con la finalidad de fomentar la innovación en interés de los consumidores y promover la competencia.
En el caso alemán, su desarrollo se ha instrumentado a través de la autoridad federal de supervisión financiera (BaFin) y su actividad se ha centrado en una doble vía: publicación de guías respecto de distintas actividades (e.g. moneda virtual, crowdfunding) y realización de eventos FinTech.
En Francia, en 2016, la Autorité des Marchês Financiers (“AMF”) ha creado la división de FinTech, Innovación y Competitividad (FIC) con la finalidad de responder a los cambios en los patrones de consumo que se han visto modificados como consecuencia de las innovaciones producidos en el Sector.
En conjunto, las empresas asociadas a la AEFI, estiman que es necesario adoptar medidas para el desarrollo de entidades FinTech, señalando tres claros beneficios para el conjunto de la economía española, que determinan la necesidad de crear un marco regulatorio apropiado:
1. La contribución de FinTech al Sector Financiero, a través de una reducción de los problemas de información asimétrica, en tanto que una de las funciones que desarrollan algunas entidades FinTech consiste en recabar información de los consumidores y, por otra parte, un aumento de la competencia en el Sector Financiero.
2. El posicionamiento de FinTech como un driver para la mejora competitiva de la industria financiera española respecto de otras jurisdicciones del entorno económico (siempre con plena observancia de la normativa europea).
3. Mejora de la accesibilidad a los servicios y productos financieros (debe tenerse en consideración que las propias entidades FinTech se han convertido en proveedores de servicios para los operadores financieros tradicionales).