Para entender qué es una EAF (empresa de asesoramiento financiero) es importante localizarla dentro del sistema financiero. Tal y como explica Rocío Cardo, responsable comercial de Openfinance, entre los operadores que tenemos en el sistema financiero están, por ejemplo, los bancos centrales, el Banco de España, las entidades de crédito, las compañías de seguros o las empresas de servicios de inversión (ESIS). Dentro de estas últimas, se encuentran las sociedades de valores, las agencias de valores, sociedades gestoras de carteras y empresas de asesoramiento financiero, las EAFs.
Este grupo de operadores, denominados ESIS, son empresas cuya actividad principal consiste en prestar servicios de inversión a terceros con un carácter profesional sobre instrumentos financieros que están sujetos a una normativa del mercado de valores.
Estas empresas pueden prestar, principalmente, tres tipos de servicios: asesoramiento, gestión discrecional y recepción y transmisión de órdenes de clientes. En función de la relación que el cliente quiera tener y dependiendo de su entidad jurídica podrán realizar unas acciones u otras. En el caso de las EAFs solo pueden asesorar.
¿En qué se diferencian las ESIS? Las sociedades de valores son aquellas que pueden operar tanto por cuenta ajena como propia y realizar todos los servicios de inversión. Su principal diferencia con las agencias de valores es que estas solo pueden operar por cuenta ajena. En las sociedades gestoras de carteras sus funciones están limitadas a la gestión discrecional y en el caso de las EAFs al asesoramiento.
¿En qué consiste el servicio de asesoramiento?
Los asesores financieros solo pueden prestar servicios de asesoramiento, por lo que su función es ofrecer recomendaciones personalizadas sobre productos financieros a sus clientes. “Este servicio es muy recomendado para aquellos inversores que quieren tomar sus propias decisiones de inversión, pero quieren cuentan con el apoyo de un experto”, explica Rocío Cardo. De esta forma, decidirán qué hacer con sus ahorros y dónde invertir, siempre apoyados por un profesional.
En este sentido, la experta ha insistido en la gran diferencia que existe entre el asesoramiento que una entidad financiera presta y el de una EAF. “A todos nos habrá pasado que una vez abierta una cuenta de inversión en un banco el gestor nos llama para conocernos y establecer una relación. En cierto modo, siempre intentan asesorarte dirigiéndote hacia los productos financieros de su propia entidad. En cambio, una EAF, obligada a identificarse como independientes, analiza tu situación general, dónde tienes tus inversiones, cuál es tu objetivo de inversión y asesorará sobre los activos financieros más adecuados para ti, es un asesoramiento mucho más personalizado», explica la experta.
¿Qué garantías tiene el inversor sobre ese asesoramiento? Según explica Cardo, las EAFs son entidades más pequeñas con una carga regulatoria más fuerte, lo que quiere decir que los asesores tienen que estar debidamente formados, con titulación específica y superar una serie de controles. “La CNMV se asegura de que están teniendo toda la transparencia que deben tener basado en lo que la MIFID II ofrece. Las EAFs están muy controladas, están obligadas a demostrar que los instrumentos que te han recomendado son convenientes para tu perfil”, explica.
En ese proceso de asegurar que la recomendación que dan es coherente con el perfil del cliente, se encuentra el test de idoneidad. Es un cuestionario compuesto por tres partes que le permite a la EAF conocer qué objetivo tiene el inversor para sus inversiones, qué nivel de conocimiento tiene sobre el mundo y qué experiencias financieras ha tenido. “La normativa no exige qué preguntas se deben hacer, pero tiene que permitir conocer cómo de bien va a dormir el cliente en función del dinero que puede perder. De esta forma, sabrán su aversión al riesgo”, aclara la experta.
Basado en tu perfil y objetivos, el asesor hará una recomendación. Con esa propuesta, el inversor se irá a las entidades financieras y tomará la decisión final de qué inversiones realizar. Esas gestoras lanzarán las órdenes que tienen su origen en la propuesta de la EAF.
Los costes del asesoramiento
Cada uno tiene su modelo de negocio y sus costes, pero, según indica Rocío Cardo, la práctica común es que cobren una comisión de gestión por gestionar tu patrimonio, aunque tu no sigas las recomendaciones, sí están haciendo una gestión, un estudio de mercado y es por lo que cobran. Además, puede haber otros que cobren menos porcentaje de gestión, pero mayor porcentaje de éxito. Esta comisión puede rondar entre el 5% y 10% y la de gestión entre el 2% y 5% del patrimonio.