El éxito de los profesionales financieros depende de su capacidad de conectar la lógica y las emociones, complementando la toma de decisiones de inversión basada en datos con una buena dosis de empatía personal. Éste es uno de los principales hallazgos de la encuesta a 2.775 asesores financieros en todo el mundo (150 en España) realizada por el Natixis Centre for Investor Insight.
Casi la mitad (45%) de los asesores financieros encuestados señaló que sus clientes reaccionaron emocionalmente ante el aumento de la volatilidad en los mercados a comienzos de este año. Cuando se les pidió que describieran su papel, casi ocho de cada diez (78%) afirmó que su papel fue guiar a los clientes a través de la dimensión emocional de la inversión, actuando como la voz de la razón en periodos de alta volatilidad y ayudando a los clientes a tomar decisiones más racionales. Aunque uno de los grandes escollos, según el 89% de los asesores encuestados en España, sigue siendo el excesivo foco que ponen los inversores en los resultados a corto plazo.
La necesidad de gestionar las respuestas emocionales ante las decisiones de inversión se pone de relieve deforma muy evidente en un momento en el que los asesores esperan más vaivenes en los mercados. Para ello, los profesionales financieros están recurriendo a la gestión activa y desplegando estrategias alternativas.
Sophie del Campo, directora general para Iberia, Latinoamérica y US offshore de Natixis IM, apunta que “cuando los mercados sufren cambios bruscos y los clientes se dejan llevar por sus emociones, se hace evidente el valor del asesoramiento profesional. La volatilidad ha regresado a los mercados y los inversores tienen que acostumbrarse al sentimiento de incertidumbre. Para transitar por un entorno tan complejo, se necesitan enfoques activos a la hora de diseñar las carteras, que aseguren una correcta diversificación, una gestión del riesgo adecuada y, lógicamente, ayuden a generación de rentabilidades atractivas”.
Así, cerca del 57% de los asesores españoles (81% a nivel global) señala que el entorno de mercado actual es favorable a la gestión activa. Además, el 76% de los asesores financieros españoles cree que la duración del mercado alcista actual ha sumido a los inversores en la complacencia ante el riesgo y el 83% señaló que los clientes no reconocen el riesgo hasta que se ha materializado en sus inversiones.
Esta tendencia parece originarse en gran parte en sus inversiones pasivas. Casi tres cuartas partes (72,7%) consideran que los inversores particulares desconocen los riesgos de la inversión pasiva y el 66% apunta que estos desarrollan una falsa sensación de seguridad en torno a esta modalidad de gestión.
Los activos alternativos toman impulso
Casi tres cuartas partes (73%) de los asesores en todo el mundo recomiendan activos alternativos para mejorar la diversificación de las carteras y ayudar a mitigar el riesgo en un entorno de mercado cada vez más volátil. Los encuestados en España mencionaron mayoritariamente las estrategias multi
alternativas (58%), la asignación táctica de activos (46%) y los inmuebles (26%) como las mejores opciones para diversificar. Además, los asesores españoles citaron las estrategias neutrales al mercado (26%) y de renta variable long/short (14,7%) como las más indicadas para gestionar el riesgo de volatilidad.
Los profesionales financieros españoles que aspiran a mejorar los resultados de las carteras con activos alternativos señalan que una estrategia a la que están recurriendo son los futuros gestionados (36,7%). Dado que esta clase de activos se asocia generalmente con la gestión de la volatilidad, los datos sugieren que los profesionales podrían están recurriendo a los futuros gestionados para tratar de obtener rentabilidades superiores a corto plazo, en lugar de adoptarlos como una estrategia a largo plazo. Algunas de las opciones preferentes para conseguir rentas estables son los inmuebles (34%) y las estrategias long/short tanto de renta variable (6,7%) como de renta fija (5,3%).
La atención sigue centrada en los movimientos del mercado
Los asesores españoles consideran que las mayores amenazas potenciales para los mercados son la volatilidad, las burbujas, la subida de los tipos de interés y los acontecimientos políticos. El 65% señala que el aumento de la volatilidad y las burbujas en los activos afectarán negativamente a los resultados de las inversiones en 2018, seguidas de las subidas de los tipos de interés (62%), los acontecimientos geopolíticos (58%), el entorno de bajos rendimientos (57,3%), la retirada de los estímulos cuantitativos (54,7%) y el marco normativo (32,7%).
Los asesores afirman que es previsible que el aumento de los tipos de interés a corto plazo de los bancos centrales afecte negativamente a la volatilidad de la renta fija (64%), al mercado de deuda (63,3%), a las cotizaciones bursátiles (55,3%), al mercado de la vivienda (50%) y a la volatilidad general de los mercados (48%). Entre los riesgos principales, destacan los picos de volatilidad en los precios de los activos (75%), los rendimientos bajos (62%) y las subidas de los tipos de interés (60,7%).
Lo que más preocupa a los asesores son las criptomonedas y, tras una considerable racha alcista en 2017, casi tres cuartas partes (77,3%) consideran que esta burbuja podría explotar en 2018. También creen que existen burbujas en el mercado de bonos (44,7%) y el sector tecnológico (24,7%).
La inversión responsable toma altura
Una de las tendencias que se observan en la encuesta es la demanda creciente de estrategias ESG. De hecho, el 29% de los asesores españoles afirma que sus clientes demandan más estrategias responsables que hace un año y el 63% considera que cada vez hay más opciones de inversión sostenibles. Sin embargo, a pesar del aumento de popularidad de estos productos, muchos profesionales señalan ciertas dificultades: así, el 47% de los encuestados en España señala que teme que los productos de inversión etiquetados como “verdes” no lo sean realmente.
“Los criterios ESG siguen ganando peso en la industria de gestión de activos en España. Pero es fundamental trabajar en la unificación de criterios sobre qué es sostenible realmente a nivel europeo y los profesionales españoles deben jugar un rol destacado en esas definiciones. Las estrategias responsables han dejado de ser la excepción y aspiran a convertirse en la norma: más del 40% de los asesores españoles considera que incorporar criterios ESG será una práctica habitual en el negocio en 5 años o menos”, concluye Del Campo.