“La normativa europea MiFID II establece una serie de exigencias en cuanto a diseño y comercialización de productos y en el ámbito de la formación, con el objetivo de fomentar la transparencia y evitar conflictos de interés para alcanzar la protección al cliente”, explicó Francisco Marín, presidente del Comité de Servicios a Asociados de EFPA España, en una jornada de asesoramiento organizada por EFPA España en Andorra, en colaboración con JP Morgan Asset Management.
En el evento se analizó el problema de las pensiones y cómo se puede enfocar el ahorro para la jubilación, la situación de los mercado en un momento de alta volatilidad y cuál será el impacto de las nuevas tecnologías en el ámbito del asesoramiento”.
Marín explicó que “en Andorra hay una voluntad de poner en marcha MiFID II en 2020 para equiparar el sector con el resto de Europa y EFPA estará ahí para apoyar la certificación de los asesores del Principado. Además, llevaremos a cabo diferentes sesiones para apoyar la formación continua de los profesionales del asesoramiento”.
Casi 250 asociados en Andorra
EFPA España (delegación de la Asociación Europea de Asesores Financieros) cerró el año 2017 con más de 25.000 asesores financieros certificados, lo que supone un incremento del 50% en los dos últimos años, desde que el regulador europeo ESMA estableció los criterios de idoneidad para las cualificaciones que las certificaciones de la asociación cumplen plenamente, con los mejores estándares de calidad a nivel europeo.
En Andorra, EFPA España cuenta con 236 asesores financieros certificados de los que 213 poseen el certificado EFA (European Financial Planner), 8 tienen el EIP (European Investment Practitioner) y 15 cuentan con el EFP (European Financial Advisor).
El dilema de las pensiones
Miguel Anxo Bastos, profesor de Ciencia Política y de la Administración de la Universidad de Santiago de Compostela (USC), alertó sobre las dificultades del mantenimiento del sistema actual de pensiones. “La pensión pública seguirá existiendo, pero la clave estará en la cantidad a percibir que ahora mismo es insostenible”. El profesor añadió que “el sistema de reparto trae aparejados algunos problemas, como la alteración de las preferencias temporales de la gente, que no planifica a largo plazo porque tiene una pensión asegurada”.
Por otro lado, Manuel Arroyo, director de Estrategia de J.P. Morgan Asset Management para España y Portugal, ofreció una ponencia donde analizó las perspectivas de mercados y algunas claves para proteger las carteras de inversión en un momento de alta volatilidad en el mercado. Arroyo destacó que “la volatilidad actual en el mercado es normal. En el escenario actual, todavía es un poco pronto para pensar en la renta fija antes que en la variable”. Con respecto a la política monetaria, el experto señaló que “esperamos cuatro subidas de tipos en EEUU a lo largo del año y ninguna subida en Europa”.
“Las nuevos players tecnológicos con la ayuda de los asesores financieros cualificados formarán un magnífico tándem para mejorar las carteras de los ahorradores”. Esa es una de las principales conclusiones de la mesa redonda sobre el papel de las nuevas tecnologías en el sector financiero, moderada por Miguel Noguer, coordinador de Banca Digital del IEF (Instituto de Estudios Financieros), donde participaron Juan José Masso, responsable del comité de inversión y socio de inbestme, Vicente Varó, director de Finect, y Martín Huete, cofundador de Finizens, para analizar el impacto del fintech y las nuevas tecnologías en el ámbito del sector financiero.
Martín Huete, fundador de Finizens, explicó las ventajas de la gestión pasiva, poco desarrollada hasta la fecha en algunos países como España. En este sentido, Huete puso en relieve el papel de los gestores automatizados o ‘roboadvisor’, en su definición en inglés, plataformas online que gestiona inversiones de forma discrecional, altamente automatizada y eficiente.
Por su parte, Vicente Varó, CEO de Finect, explicó que “la adopción de nuevas tecnologías en el sector financiero está impulsada por todos los clientes, independientemente de su edad, y les permitirá lograr un mayor control y conocimiento sobre sus inversiones, procesos más eficientes e incluso más competencia que repercutirá a favor del propio cliente. “El mundo será más complejo, las herramientas estarán más presentes y harán ver a los inversores la necesidad de tomar decisiones financieras para las que quizá no todos los inversores tienen conocimiento en la actualidad”, explicó Varó.
Juan José Masso, socio de inbestme, destacó que “el ahorrador medio no obtiene una rentabilidad razonable para sus ahorros porque suelen contar con algún sesgo en su psicología inversora, relacionada con aversión a las pérdidas, falta de diversificación o por seguir a la masa”. En este sentido, Masso reivindicó la gestión automatizada de las carteras que permiten personalizar las necesidades del ahorrador, diversificar las inversiones, de forma eficiente y con reducción de costes.