Los activos gestionados por la industria de fondos europea están en niveles históricamente altos y los flujos de entrada muestran que el sentimiento es favorable a la inversión en estos vehículos. Pero estos datos camuflan una realidad más gris denunciada por los expertos en una reciente conferencia organizada por la organización de fondos luxemburguesa, ALFI: los inversores minoristas han perdido la confianza en la industria durante la crisis financiera.
Para recuperarla, proponen medidas como mejorar los canales de comunicación, cambiar la perspectiva en su oferta de productos, ofrecer rentabilidades atractivas o usar la regulación para crear un terreno de juego transparente y nivelado que ayude a entender y diferenciar todo tipo de productos y a aumentar de esa forma la comodidad del inversor con el sector financiero.
“Los inversores confían en nosotros, el dinero llega a los fondos. La crisis ha aumentado el compromiso de los individuos de mayores patrimonios pero hemos perdido a otros inversores por el camino. Hemos de centrarnos en recuperar la confianza de los minoristas, si tenemos intención de hacerlo y quizá no es el caso, pero debemos tener en cuenta que es peligroso depender solo del primer tipo de inversor”, comenta Diana MackayWilliams, consejera delegada de la firma que lleva su nombre.
“La industria tiene mucho que hacer para explicar su trabajo al minorista, para contarle qué es un fondo y qué puede hacer por él”, se muestra de acuerdo Denise Voss, desde Franklin Templeton en Luxemburgo, y afirma que la industria no puede ignorar a este tipo de cliente. “La pérdida de confianza es un problema más del mercado de masas que de los grandes patrimonios”, apostilla Guillaume Prache, director de la Federación Europea de consumidores de Servicios Financieros de Bruselas.
Para ganarlo, los expertos creen que han de trabajar duro, ser más transparentes y cambiar la forma de comunicar. “El inversor está confuso y las gestoras hemos de trabajar sin descanso, al igual que los reguladores, distribuidores y asesores. Necesitamos conseguir que los ciudadanos ahorren porque hay que asumir el coste de la longevidad con recursos insuficientes”, añade Alex Hoctor-Duncan, director de BlackRock en Londres. Y en este sentido, dice que la nueva normativa sobre asesoramiento, que obligará a pagar por el servicio y prohibirá las retrocesiones, tiene un efecto “indeseado”: que los ciudadanos no puedan permitírselo, no inviertan y por lo tanto, no ahorren. Ante la posibilidad de que el inversor no esté dispuesto a pagar y decida invertir por sí mismo, MackayWilliams incide en la necesidad de las gestoras de cambiar su estrategia de comunicación para llegar a ese inversor final. “En ocasiones tendrán que comunicarse con él, no con intermediarios, y tendrán que aprender a servirle”, dice.
En esos esfuerzos de comunicación, las gestoras también tendrán que llegar de forma más clara al distribuidor. En este sentido también jugará un papel clave la regulación, en la medida en que cree un marco que asegure la inexistencia de conflictos de interés, con iguales normas para todos los productos destinados al inversor minorista y en el que prime la transparencia.
Liberación de los índices
Pero gran parte de ese trabajo de recuperar la confianza se basará en la oferta de productos y su rentabilidad. “El reto es proteger la capacidad adquisitiva a largo plazo de los ahorradores. Los fondos de pensiones han proporcionado rentabilidades planas en la última década y negativas a cinco años, sobre todo por los costes asociados a esos productos”, dice Prache. Una de las claves, según Hoctor-Duncan, es hacer evolucionar la industria desde productos con el objetivo de batir a sus índices de referencia (y que pueden conseguirlo ofreciendo rentabilidades negativas) hacia otros que supongan realmente soluciones para el inversor. “Los productos activos aún de alcanzar su meta”. El experto añade que las entidades han de ser lo suficientemente “valientes” como para retirar de su oferta aquellos que no funcionan. “Tras la crisis financiera ha crecido el apetito por productos mixtos capaces de ofrecer retornos consistentes, no de batir a un índice”, coincide MackayWilliams.
Para mostrar que sus intereses están alineados con los del cliente, Voss cree que es muy importante entenderle y educarle. De hecho, la educación a los actores implicados (políticos, profesionales, distribuidores, clientes finales…) sería otro de los ases en la manga de las entidades para recuperar la confianza de los inversores antes de que sea demasiado tarde.