Desde hace varios años, es habitual ver a gente por la calle, en los bares o por las redes sociales, con unos aparatos con forma similar a la de un cigarrillo, pipa o incluso pen drive, que liberan un humo blanco parecido al de un cigarro. Lo cierto es que esta gente no está fumando, está “vapeando”. Así se ha denominado a esta nueva técnica y moda que surgió como alternativa al tabaco y consiste en inhalar el vapor que libera el aparato electrónico por el calentamiento a 350 grados. En su interior se encuentra un líquido que mezcla nicotina, propilenglicol, glicerina vegetal y diferentes sabores, además de una batería recargable, que crea la sensación de estar fumando sin hacerlo.
La revista European Heart Journal, dependiente de la Sociedad Europea de Cardiología, ha publicado un estudio en el que se identifican los principales daños provocados por estos cigarrillos electrónicos. Así, la publicación pone de manifiesto que vapear daña los pulmones, los vasos sanguíneos e incluso el cerebro. De hecho, los cardiólogos aseguran que países como España, en los que son legales, deberían prohibir los vapers por su importantes y nocivas consecuencias.
Y es que vapear se ha convertido en un boom en España y en otros muchos países, como EE.UU. y los consumidores tienen la falsa sensación de que es menos perjudicial que fumar tabaco debido a la ausencia de alquitrán (un elemento cancerígeno) y monóxido de carbono (causa de enfermedades cardiovasculares). Pero, sin ir más lejos, muchos no saben que el líquido con el que se consumen estos aparatos sí contiene nicotina y otros químicos aditivos, que son considerados seguros en la industria agroalimentaria, pero de los que los cardiólogos alertan a largo plazo. Muchas de ellas, vinculadas a enfermedades pulmonares o bajo su forma vaporizada.
En los últimos meses 39 fumadores de cigarrillos electrónicos han muerto en EE.UU. y más de 2.000 han sido hospitalizados por graves daños pulmonares causados por el acetato de vitamina E, una sustancia que sí está prohibida en Europa. No obstante, en nuestro país ya se han registrado varios casos de ingresos por lesiones en los pulmones.
Además, se han extendido varios mitos sobre el consumo de estos cigarrillos electrónicos que los ha hecho aún más atractivos para mucha gente, pero que los neumólogos se han visto obligados a desmentir. El más extendido es que el uso del cigarrillo electrónico sirve par adejar de fumar, pero lo cierto es que vapear también es adictivo. En muchos casos, de hecho, es la puerta de entrada al tabaco para los más jóvenes.
Otro de los mitos es que no supone ningún peligro para los fumadores pasivos, ya que al estar permitido en lugares cerrados, la gente no cree que afecten a la salud. En realidad los cigarrillos electrónicos desprenden pequeñas partículas que dañan las vías respiratorias de todo el que lo respire.
Por último, se cree que vapear es bueno para los deportistas porque mejora su rendimiento deportivo. En este sentido, cambiar el consumo de tabaco por el cigarrillo electrónico da sensación de mejora y nos hace creerlo, pero introducir sustancias que irritan los pulmones es totalmente contraproducente.
El peligro de las redes sociales entre los más jóvenes
La cantidad de anuncios de publicidad y marketing a través de redes sociales dirigidos al público más joven preocupan seriamente a la Organización Mundial de la Salud (OMS) y al Comité Nacional para la Prevención del Tabaquismo (CNPT). Esta última ha llegado a decir que la publicidad sobre estos aparatos va directamente dirigida a este colectivo. “En redes sociales aparecen como un producto de moda, con sabores y olores para que sea atractivo para a la gente joven, pero que está escondiendo la nicotina”, asegura el CNPT.
Sin ir más lejos, a finales de octubre, una de las influencers más seguida entre los jóvenes de nuestro país, la catalana Aida Domènech, más conocida como Dulceida, celebró su 30 cumpleaños con una fiesta de disfraces en Ibiza en la que se promocionaba una conocida marca de estos cigarrillos. A la celebración asistieron algunos de los influencers más reconocidos en nuestro país, por lo que la difusión de todos ellos convirtió el evento en uno de los más seguidos en lo que llevamos de año.
El fuerte impacto que tienen las redes sociales entre los más jóvenes y todo lo que los influencers patrocinan en ellas ha incrementado el consumo de este aparato electrónico en personas de entre 18 y 25 años. Además, los distintos sabores posibles que tienen los vaporizadores, como el de chocolate, mango o mojito entre otros, los hacen muy atractivos para los menores de edad, que se retan a hacer figuras con el humo que inhalan, sin ser conscientes del riesgo para su salud.
Solo en EE.UU. 39 personas han muerto y más de 1.000 han resultado afectadas con lesiones pulmonares y asociadas al consumo del vaper. Entre ellas, un adolescente de 17 años por inhalar tetrahidrocannabinol, un componente psicoactivo propio de la planta de cannabis que contenían estos cigarrillos, según publicó el periódico The New York Post. Y es que el 37% de los estudiantes universitarios estadounidenses indicaron vapear en 2018, comparado con el 28 % en 2017, según un estudio del Instituto Nacional de la Salud del país norteamericano.
El 41% de quienes han querido abandonar el tabaco sin éxito lo han intentado entre una y dos veces
Según un análisis realizado por Acierto.com casi el 60% de los fumadores que intentan dejarlo, fracasa. De hecho, el 41% de quienes han querido abandonar el tabaco sin éxito se ha puesto manos a la obra entre una y dos veces, mientras que el 17% restante ha tratado de hacerlo en más de tres ocasiones. Sin embargo, más allá de las cifras comentadas, el informe arroja un dato muy positivo: casi 8 de cada 10 lo ha intentado y ha tomado medidas para conseguirlo.
En muchas ocasiones dejar un hábito adquirido durante varias años es muy complicado y requiere tiempo y fuerza de voluntad. Es por ello que la gente encuentra en los cigarrillos electrónicos una vía fácil y cómoda para dejar de fumar tabaco. Sin embargo, esta no es en absoluto una opción sana de hacerlo, pues al tomar la decisión de querer dejar de fumar, es aconsejable hacerlo bajo el seguimiento de un profesional médico que establezca una rutina saludable con nuevos hábitos y acorde a las necesidades de cada persona.