El cambio climático se puede combatir de muchas formas y la ONU, en su último informe, nos ha recordado que la alimentación es una de ellas. Junto con el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático, la Organización de las Naciones Unidas ha emitido el informe especial sobre el cambio climático (IPCC), del que se extraen diversas conclusiones relacionadas con la salud gastronómica y medioambiental del planeta.
Así, el escrito apunta a los beneficios de una nutrición equilibrada en la lucha contra el calentamiento global, basada en alimentos de origen vegetal, como frutas y verduras, legumbres y cereales. En este contexto, el comparador de seguros de salud Acierto.com ha analizado cómo se cuidan los españoles y qué consecuencias puede tener una buena o mala alimentación.
Según el comparador, el 64% de los españoles sufre sobrepeso y, el 80% de quienes padecen obesidad, desconoce su situación. Este problema de salud, tal y como certifica el IPCC, viene dado por el cambio progresivo en los hábitos de consumo de alimentos, no solo en España, sino en todo el mundo. Así, las modificaciones en la alimentación han llevado a que más de 2.000 millones de personas vivan con sobrepeso u obesidad.
Existe una relación directa entre lo comemos y la emisión de gases de efecto invernadero
Saber si llevamos una dieta equilibrada no es un asunto que solo nos concierne a nosotros, pues de ella también depende la salud medioambiental. A este respecto, el informe de la ONU asegura que existe una relación directa entre lo que comemos y la emisión de gases de efecto invernadero.
De hecho, el uso de la tierra y el agua es la clave, pues el 70% del consumo de este líquido imprescindible está dirigido a la agricultura. Sin embargo, esta práctica solo supone el 23% de las emisiones de gases de efecto invernadero, por el 37% de la producción de alimentos.
Según el informe de Acierto.com, ni siquiera el 10% de la población española ajusta su dieta a una alimentación saludable. Esto supone ingerir cinco piezas de verdura o fruta, desayunar de manera equilibrada y sin la presencia de elementos como la sal o el azúcar (en grandes cantidades), así como completar con legumbres la base de la nutrición semanal. A ella se le deben incorporar, en su justa medida, elementos como la carne y, en mayor proporción, el pescado que aporta algunos ácidos grasos esenciales.
El informe de los expertos, además, asegura que el consumo per cápita de grasas vegetales, carnes y calorías se viene disparando desde mediados del siglo XX, fenómeno que no es ajeno a nuestro país.
Sin ir más lejos, los datos avalan la afirmación que sostiene que los españoles no cuidan su alimentación, pues el negocio de comida rápida a domicilio sigue en auge, gracias a los servicios de reparto y al controvertido ‘delivery’, que ya generan más de 600 millones de euros al año, un 25% más que el año anterior y que supone el 15% del total de la facturación de su sector.
Esta manera de consumir los alimentos, de usar la tierra, el agua y, en definitiva, de vivir en el planeta, acarrea situaciones indeseadas en la salud de las personas. De hecho, según datos de la Organización Mundial de la Salud, el cambio climático provocará consecuencias muy negativas en “el aire limpio, el agua potable, los alimentos y la vivienda segura”. La OMS estima que el coste de los daños directos para la salud se situará en torno a 4000 millones de dólares hasta el año 2030.