La astenia en primavera, la cuesta de enero tras la Navidad y ahora… la depresión postvacacional. Vivimos esta época del año y la vuelta a la rutina como un auténtico drama después de los plácidos días de playa, viajes, mar, sol, cócteles y ‘madrugones’ a las 11 de la mañana…
La depresión postvacacional es un trastorno real que, aunque no es grave, puede producir falta de energía, ansiedad, déficit de concentración o tristeza… Volver al trabajo después de las vacaciones es difícil para muchos y atender las demandas de la “dura realidad” puede necesitar de un periodo de adaptación que no muchos trabajos están dispuestos a conceder. Desde WowTrip te dan algunas pistas para superar este pequeño bache:
1. Dormir bien: Sí, sabemos que no es lo mismo dormir en tu casa que en un hotelazo, o en una casita con encanto escuchando de fondo las olas del mar, pero, los expertos coinciden en que para poder reengancharte al ritmo de la rutina, es fundamental darle protagonismo al descanso. Hay que volver a acostumbrar al cuerpo para que no sea tan costoso madrugar y poner de nuevo a funcionar la cabeza, así que ponte una hora límite para ir a la cama y cumple el horario que te has propuesto para que los lunes, sean menos lunes…
2. Hidratarse y cuidar la dieta: Después de los excesos de las vacaciones hay que reengancharse al día a día con un mimo extra a tu cuerpo. Los kilitos de más se acumulan con los antojos vacacionales que nos hemos regalado: chocolate belga, pasteles de belén, cerveza alemana, quesos de Francia, pizza y pasta italiana, desayunos extra de los hoteles, etc… No es que te pongas a dieta y de pronto te quites todo, pero recuerda introducir en tu menú verduras, ensaladas (que aún estamos a tiempo), pescados, y todo tipo de complementos equilibrados reduciendo la ingesta de alcohol y de dulces o grasas.
El cuerpo lo agradecerá y la mente estará más despejada. Sabemos además que en septiembre, los gimnasios se llenan, pero no está de más que entre tus objetivos esté hacer un poco de ejercicio y mantenerte en forma. Ya sabes, «mens sana in corpore sano».
3. Tus objetivos, también a punto: Una buena forma de motivarte es hacerte con tu libreta o tu agenda de objetivos y establecerte un tiempo para cumplirlos. ¿Te gustaría empezar a cocinar sushi? ¿Quieres estudiar un nuevo idioma? ¿Estás pensando en hacer teatro? Siempre estás a tiempo de aprender algo nuevo, así que, ponte a ello.
No hay mejor manera de reincorporarse a la rutina que motivándote con algo nuevo que hacer. Esto te ayudará a no llevarte trabajo a casa, rendir más en tu jornada laboral, conocer gente, y, en consecuencia, estar más motivado en tu día a día. Establécete unas pautas que sean “reales» y vete a por ello. Lo más importante, que continúes disfrutando.
4. Aprovechar el fin de semana: Si bien la vuelta al trabajo es dura, normalmente los fines de semana quedan para descansar y renovar las energías que consumimos a diario. Proponte aprovechar el finde con planes que te animen a llegar al lunes con más energía y buenas sensaciones.
Además, ¿has pensado en echarle un vistazo al calendario? Este año hay puentes y festivos que puedes aprovechar antes de que llegue Navidad. Puedes desquitarte esta cuesta de septiembre con una escapadita a alguna ciudad europea haciendo tu maleta y dejándote sorprender por el destino que está aguardando tu llegada. Si señalas en el calendario algún finde especial, tu día a día se hará más corto y si es con destino sorpresa, mejor que mejor.