Parece que después de más de un año y medio la pandemia, gracias a las medidas sanitarias de contención y, sin duda, a la vacunación masiva en gran parte de los países, ha comenzado a remitir y muchas autoridades, tanto nacionales como locales, han decidido empezar a levantar el pie del acelerador de las restricciones con el objetivo de volver paulatinamente a una normalidad lo más parecida posible a la de antes de la llegada del virus. Sin embargo, la preocupación de la población por nuevas variantes del virus y por la amenaza de otra ola de contagios no disminuye al mismo ritmo que la relajación de las medidas sanitarias.
Ipsos, que ha realizado un seguimiento de esta crisis a nivel mundial a través de su estudio Essentials, ha analizado en su última ola, realizada del 9 al 12 de septiembre, la percepción de la ciudadanía sobre la situación actual de la pandemia en 16 países de América, Asia, Oceanía y Europa. Este estudio revela que, aunque la preocupación alrededor de la pandemia ha disminuido, el nivel de inquietud sigue siendo elevado. En este sentido, el 84% de ciudadanos, de media global entre los países encuestados, confiesa tener preocupación por si las nuevas variantes pueden retrasar la vuelta a la normalidad.
En el caso específico de España, también se alcanza ese mismo porcentaje (84%), solamente superado en Europa por los italianos, con un 86% preocupado porque las posibles variaciones del virus puedan frenar la llegada de la normalidad. La encuesta también recoge la opinión de la población de diferentes países sobre si habrá otra nueva ola que pueda perjudicar la recuperación de la tan ansiada normalidad. En este caso, de nuevo España es el segundo país europeo que afirma que otra nueva ola de contagios surgirá (75%), al mismo nivel que el Reino Unido, pero solamente superado por Alemania, con un 77% de su ciudadanía que cree que esto pasará.
Desigualdad en la sensación de superación de la pandemia
A pesar de esta alta preocupación sobre ciertos aspectos de la pandemia, se observa como la gente se encuentra más animada para retomar su vida y eso se basa en que existe una percepción más elevada del control de la pandemia gracias a los niveles de vacunación alcanzados, donde España lidera el ranking de los países analizados con más población vacunada con pauta completa (76%).
No obstante, se observa un avance desigual en la recuperación de la pandemia a nivel global provocado por el impacto de la última ola, donde hay países que la han sufrido de forma especial, otros la siguen sufriendo y en otros ni la han sentido, ha pasado de largo. Esto provoca que encontremos países donde su población siga de forma mayoritaria en las fases de aclimatización y ajuste, definidas por las restricciones vigentes que limitan ciertos hábitos y rutinas, como son Japón, Australia y los países de Latinoamérica analizados.
En otros países en cambio, vemos cómo se evoluciona hacia las fases finales, caracterizadas por retomar actividades que se habían dejado de hacer por la pandemia, haciendo una vida muy similar a la pre-pandémica e incluso algunos ya se encuentran en una fase post-pandemia, que son aquellos que sienten que la pandemia ya ha sido superada, que ha quedado atrás y siguen con su vida con total normalidad. En estas fases se encuentran Canadá, Estados Unidos y los países europeos analizados, donde Reino Unido es el país que presenta más población en esta situación más avanzada (52%), seguida de España (43%), Alemania (36%), Italia (35%) y Francia (34%).
El dato de España puede ser engañoso, pareciendo que su ciudadanía ya se encuentra haciendo una vida normal, cuando no es del todo cierto, ya que es el país europeo que menos personas se encuentran en las fases de nueva normalidad y post-pandemia (11%), donde por ejemplo se posicionan más ciudadanos en el resto de países europeos: Reino Unido (28%), Italia, Alemania y Francia (19%). España se dirige hacia esa normalidad pero actualmente la gente en general se encuentra en una fase de retomar ciertas actividades, o lo que es lo mismo, de retomar su vida poco a poco.
Vuelta a las tiendas físicas, un síntoma de normalidad
Este paso hacia la normalidad, a retomar la vida que llevábamos antes del COVID-19, provoca entre otras cosas, la vuelta a las tiendas físicas. Un 70% de la población española manifiesta que ya acude a las tiendas físicas para realizar sus compras, lo que la sitúa entre los europeos que más lo están haciendo, solo por detrás de la ciudadanía francesa (76%). Además, ya no se limita el tiempo que pasan dentro de ellas, como ocurría anteriormente, debido sobre todo a que la percepción de riesgo de contagio en estos espacios ha disminuido considerablemente. Ese sería el caso de España, que se sitúa como el segundo país europeo que percibe menos peligro de poder contraer el virus yendo de compras (25%), solamente superada por la confianza de los italianos en este aspecto (21% advierte peligro de contagio en las tiendas).
La pandemia ha consolidado la omnicanalidad
Pero esta vuelta a la normalidad y a las tiendas físicas no significa que se esté dejando de comprar a través de internet. Este hábito, que fue un boom durante los meses de restricciones más duras, continúa una vez levantadas gran parte de las restricciones, lo que ha propiciado que la omnicanalidad sea ya una realidad en el proceso de compra, combinando el canal físico con el online para conseguir una experiencia más satisfactoria a la hora de adquirir productos y servicios.
A este respecto, existe un gran número de personas que suelen visitar la tienda física para ver, tocar y testar el producto previamente a realizar su compra online desde la comodidad de su casa. En ese marco, de los países europeos analizados en la muestra, España aparece como el país que más practica la omnicanalidad en su proceso de compra: el 80% declara que compra online eligiendo la opción de entrega a domicilio y el 43% elige la compra online con recogida. Además, el 68% también consulta online los establecimientos que están abiertos o cerrados más próximos a ellos; y un 40% consulta el stock online de lo que quiere comprar o ver, antes de ir a la tienda.
“La omnicanalidad ya existía antes del COVID-19, pero como en otros muchos aspectos, la pandemia ha supuesto un acelerador, principalmente porque en los meses más duros, durante el confinamiento domiciliario, la compra online se convirtió en casi la única forma de adquirir ciertos productos y servicios, rompiendo así con muchas barreras, miedos y creencias que los propios compradores tenían prefiriendo el canal físico para sus compras. En la actualidad, tras casi dos años viviendo en pandemia, la omnicanalidad ya es una realidad. El proceso de compra integrado se ha naturalizado y se vive más que nunca como una experiencia de marca única en la que no se distinguen canales. Quienes compran aprovechan las fortalezas de cada canal para tener una experiencia más satisfactoria y completa de la compra en función de cada momento y sus necesidades, pero también dependiendo del producto o servicio a adquirir”, señala Cecilia Acevedo, experta en shopper de Ipsos en España.