Los disfraces, el maquillaje o las lentillas de fantasía pueden llegar a convertirse en un peligro si no prestamos la suficiente atención. De cara a disfrutar un carnaval seguro, la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) lanza una serie de recomendaciones, entre las que destaca poner más énfasis en los disfraces y accesorios infantiles.
La OCU incide en la necesidad de controlar el fuego y las fuentes de calor, ya que muchos disfraces pueden resultar inflamables. Además, añade, es importante no dejar que el niño utilice bengalas, petardos, fuegos artificiales, mecheros, cigarros encendidos así como alejarlos de las chimeneas y estufas. «Si el disfraz es para un niño, es mejor que vayan con la cara descubierta ya que el riesgo que entraña la inflamabilidad es más elevado en capuchas y caretas», señala la organización.
Más creatividad y menos consumismo
La OCU asegura que fabricar desde cero un disfraz puede ser tan divertido o más como comprarlo. Y es, además, mucho más económico. Si se opta por la compra, hay que tener en cuenta que no por acudir al establecimiento más caro o pagar un precio elevado por un disfraz, desaparecen los riesgos.
Sin embargo, si estamos faltos de tiempo o somos poco mañosos y compramos el disfraz, es importante que sea adecuado a la edad del niño. En el envoltorio del disfraz figura la edad mínima recomendada y también una serie de advertencias e instrucciones. Con vistas a posibles reclamaciones, conviene guardar la identificación del fabricante y del importador. Con los menores de 3 años, la OCU insiste en la necesidad de retirar las bolsas de plástico (son un peligro de asfixia para los más pequeños), tener cuidado con los adornos o espumas frágiles que se puedan romper y convertir en trozos pequeños con los que los más pequeños se puede atragantar.
Precauciones con el maquillaje y las lentillas
Como otros cosméticos, los maquillajes de carnaval pueden contener entre sus ingredientes sustancias químicas susceptibles de causar problemas. Por eso, OCU recomienda tener en cuenta los siguientes consejos:
-En caso de reacción (picor, enrojecimiento…), eliminar inmediatamente el maquillaje, aclarar con mucha agua y no volver a usarlo.
-Una buena manera de proteger la piel (tanto en la cara o del cuerpo) y de facilitar la eliminación de la pintura, es extender antes una capa de crema hidratante y luego pintar sobre ella.
-Al acabar, lavar bien la piel, eliminando cualquier resto de maquillaje.
-Si se usan las pinturas del año anterior, comprobar que no hayan caducado. Si huele raro o si los ingredientes no parecen homogéneos, no deben utilizarse.
-Lentillas de fantasía. Las lentillas cosméticas son productos sanitarios de adaptación individualizada y deben cumplir los mismos requisitos y parámetros que las lentes de contacto graduadas. Es necesario pasar un examen óptico antes de utilizar estas lentillas, además de que el usuario reciba explicaciones sobre su uso correcto, cuidado e higiene. Su venta es ilegal en internet, y únicamente pueden dispensarse en tiendas físicas que cuenten con un profesional óptico optometrista, que supervise la venta y garantice que no se pone en riesgo la salud de los ojos.
En cuanto a los niños, no todas las pinturas valen, sobre todo cuando se tiene una piel sensible. Por eso, la OCU recomienda utilizar maquillajes al agua, que además son fáciles de aplicar y de quitar. Afirmaciones como «hipoalergénico» o «testado dermatológicamente» no son garantía de nada. Cualquier cosmético puede producir una reacción alérgica, los responsables suelen ser las fragancias y los conservantes, por ello es aconsejable evitar aplicar el maquillaje en los ojos y alrededor.