No solo la política, el fútbol y la religión conllevan acaloradas discusiones en las comidas y cenas navideñas. En las familias empresarias, hablar sobre el negocio familiar también puede generar conflictos. Las discusiones navideñas sobre la empresa familiar, aunque sean con cuñados y suegros que no trabajan en el negocio de la familia, pueden hacer que tanto la empresa familiar como el ambiente de trabajo se resientan tras las fiestas.
El detonante de las discusiones suele girar entorno al compromiso, la dedicación, la falta de información a los familiares accionistas que no trabajan en el negocio familiar, a los coches de empresa o al reparto de dividendos, entre otros temas. “Hablar de estos asuntos siempre resulta complicado, pero hacerlo delante o con las parejas, cuñados, suegros y otra familia extensa, que en la mayoría de los casos tiene un conocimiento relativo del negocio, suele ser ‘un polvorín’ que hace aflorar las emociones que, ‘mojadas en alcohol’, suelen ser malas compañeras de celebraciones familiares”, explica Ricard
Agustín, director de Family Business Solutions.
Después de las fiestas navideñas aumentan las consultas a los profesionales de la consultoria familiar a causa de estos conflictos. Para evitar estas discusiones en la medida de lo posible, Ricard Agustín, aconseja ser más tolerantes y dialogantes con la familia, así como medir bien las palabras que decimos y no dejar que cualquier comentario nos ofenda. Además, Agustín recomienda vigilar las distribuciones de las mesas en las cenas y comidas navideñas, para evitar que personas con opiniones contrapuestas, con relaciones dañadas o que tienden a discutirse, se sienten juntas.