La edad demográfica de los mercados frontera en Asia es un indicador adicional de su crecimiento futuro. A largo plazo, la tasa de crecimiento del PIB generalmente viene determinada por el tamaño de la fuerza laboral, la acumulación del capital y la innovación tecnológica. Medidos por el incremento de su población activa y la favorable evolución de la edad de su población, los mercados frontera se encuentran en un punto demográfico ideal.
En Camboya, Laos, Filipinas, Bangladesh y Pakistán, una de cada cinco personas tiene entre 15 y 24 años. La edad mediana en estos países es de 25 o incluso inferior, comparada con más de 34 en Japón, Corea del Sur, Tailandia y China. Si los trabajadores alcanzan su pico de productividad en torno a los 40 años, los países más jóvenes todavía tienen muchas ganancias de productividad que alcanzar durante los próximos 20 años.
Entre 2010 y 2020, los países que experimentarán un mayor incremento de su fuerza laboral son Laos (37%), Pakistán (35%), Camboya (31%), Bangladesh (29%) y Filipinas (25%). En India y Vietnam, se espera que la población activa crezca en torno al 20%. Por contra, se prevé una contracción de la fuerza laboral en Japón y Corea del Sur. Sumando el efecto del incremento de la población activa y el potencial de mejoras de productividad, los mercados frontera bien podrían sobrepasar a sus pares en crecimiento del PIB.
Sin embargo, no basta con tener unas proyecciones demográficas favorables para impulsar el crecimiento. Los países tienen que ser capaces de dar trabajo a aquellas personas que entran en edad de trabajar, generando así beneficios empresariales, ahorro e inversión. Es aquí donde entra en escena la acumulación de capital. Es necesario que en el país existan instituciones fuertes, infraestructuras, así como políticas que promuevan la inversión extranjera directa, para que el país consiga acumular capital, bien a través del ahorro doméstico o de la inversión extranjera. La creación de empleo a gran escala requiere unas políticas activas de estímulo del mercado laboral, así como de formación profesional. Los mercados frontera harían bien en emular algunos de los éxitos de sus vecinos del Este Asiático o incluso de los países más desarrollados del Sudeste Asiático.
Otro efecto de un país relativamente joven con crecimiento de su fuerza laboral es el de las remesas. Cuando un mercado frontera no puede dar empleo a toda su población activa, un gran número de trabajadores emigran a países con economías más fuertes. Mediante el envío de remesas de dinero a casa para apoyar a sus familias, ayudan a estimular las economías de sus países de origen. De hecho, en algunos casos los flujos de remesas contribuyen de forma significativa al PIB de algunos países frontera, variando desde el 1% en el caso de Indonesia hasta el 11% para Filipinas o Bangladesh.
En conjunto, el “dividendo demográfico” debería añadir un 1,5% al crecimiento anual del PIB en Vietnam, un 1,1% en Pakistán y un 1% en India entre los años 2011 y 2020.
Este estudio fue publicado originalmente en “Asia Now – The Frontier Issue”, Matthews Asia