Los ahorradores españoles se han hecho más conservadores en los cuatro últimos años de crisis económica, de forma que si en 2009 el 26% se consideraba conservador (es decir, que prioriza ante todo la preservación de capital y no está dispuesto a asumir volatilidad), en 2013 ya el 62% se define como tal, según se desprende del III Barómetro del Ahorro del Observatorio Inverco, a partir de una encuesta a 2.240 ahorradores. Y, a la inversa, los inversores considerados dinámimcos ha pasado del 17% al 4% del total. Pero la paulatina mejora de la situación económica ha provocado que ese crecimiento de inversores conservadores se haya moderado desde 2011 y, ante la reciente mejora en los mercados, los expertos creen que los ahorradores en fondos irán asumiendo más riesgo.
De hecho, Gonzalo Rengifo, miembro del Observatorio, interpreta el creciente protagonismo de los fondos de rentabilidad objetivo, frente a los garantizados, como un primer paso en este sentido. “Estos fondos suponen un primer paso para romper la preponderancia de los fondos garantizados porque, al no asegurar el capital, obligan a tomar un cierto riesgo. La evolución del ahorrador irá hacia posiciones de mayor riesgo”, explica. En este sentido también se pronuncia Jaime Banegas, miembro del Observatorio, convencido de que en un escenario de tipos de interés bajos tendrán gran cabida los fondos de asignación de activos o mixtos, que considera “el siguiente escalón del crecimiento futuro de la industria”.
Y es que, según los datos del estudio, la principal característica que se busca en los fondos de inversión es la rentabilidad, seguida de la liquidez y fiscalidad, frente a la fiscalidad, confianza y seguridad que se valora al contratar un plan de pensiones. “Se demanda más rentabilidad y de ahí el trasvase desde los depósitos, con menor remuneración, hacia los fondos”, explica Ángel Martínez Aldama, director del Observatorio. Al contratar productos en general, la rentabilida ha pasado del tercer puesto de prioridad al segundo –por detrás de la seguridad-. Por eso, los ahorradores, cada vez más conscientes de la necesidad de batir a la inflación, podrían optar por ese tipo de fondos y seguir consolidando el crecimiento que la industria de gestión lleva viviendo a lo largo de todo 2013, según los expertos.
Otro de los elementos que podría impulsar su apetito por los fondos es el aumento de su horizonte de inversión: así, y aunque el inversor español es cortoplacista (8 de cada 10 invierten con un plazo menor a tres años), en 2013 ha aumentado el número de ahorradores con un plazo mayor a ese periodo, desde el 15% en 2011 hasta el 18% actual (y de esa cifra, la mitad invierte en un plazo superior a cinco años). “En un entorno de tipos bajos la inversión a corto plazo perderá atractivo y se tenderá al largo plazo y en este ámbito, el fondo de inversión es un vehículo sin competencia”, afirma Banegas.
El ahorrador busca rentabilidad y está pensando más en el medio plazo y de ahí que, para 2014, señala los fondos de inversión o los planes de pensiones como productos en los que seguir ahorrando o contratar, si bien en esa lista también figuran los depósitos bancarios, que los ahorradores indican conocer bien (con una nota del 3,2 sobre 5, mientras el conocimiento sobre los planes de pensiones es del 2,9 y sobre los fondos, del 2,5). Actualmente, tres de cada 10 ahorradores tienen fondos de inversión, pero los productos con mayor presencia son los depósitos (66%), los planes de pensiones (60%) y la inversión en renta variable (31%). El año próximo, cuatro de cada 10 ahorradores prevé contratar o aumentar sus ahorros en planes de pensiones; un 32% piensa contratar o aumentar su inversión en depósitos y un 26% piensa hacer lo mismo en fondos de inversión. “Esperemos que poco a poco se invierta en perfiles más dinámicos”, dicen los expertos.
El crecimiento en fondos y planes
El estudio también muestra que siete de cada diez inversores en fondos mantendrán o aumentarán su exposición a este vehículo y más de la mitad prefiere invertir en bolsa de esta forma a posicionarse directamente en el activo. Para que el patrimonio de los fondos siga aumentando, Aldama cree que en primer lugar se necesita crecimiento económico que aumente la renta disponible para el ahorro y dice que tampoco estaría de más una reducción de tipos sobre el ahorro, y la vuelta a la situación anterior a la reforma que entró en vigor en enero de 2012, que estableció un tipo de gravamen del 21% para rendimientos de hasta 6.000 euros (frente al 19% anterior), del 24% desde 6.000 a 24.000 (desde el 21%) y añadió un tramo a la tributación de rendimientos por encima de 24.000 euros, con un tipo del 27% (frente al 21% anterior). “Eliminar el recargo, y volver a la situación de partida, sería positivo”, dice.
Para incentivar la entrada en productos de pensiones, los expertos creen clave aumentar lal cultura del ahorro a largo plazo, “inexistente” para Banegas si bien la situación podría empezar a cambiar. “Hay una gran falta de planificación fianciera pero los ahorradores empiezan a pensar que el sistema público no cubrirá todas las necesidades en su jubilación y necesitan complementarlo”, dice Rengifo. Aldama añade que el reglamento que podría aprobarse este año y entrar en vigor en 2014 y que obligará tanto al Gobierno como a las gestoras a dar información estimada a los mayores de 50 años sobre sus ingresos en la jubilación (procedente del sistema público y planes privados contratados), será clave para impulsar la planificación de cara a la jubilación. Aldama también valora positivamente los incentivos en forma de participaciones -y no de regalos- cada vez más frecuentes al contratar planes de pensiones.
La creciente importancia del asesoramiento
Otro de los puntos destacados de la encuesta es la creciente importancia del asesoramiento independiente como fuente de información a la hora de tomar decisiones. Así, y aunque la oficina o asesor bancario se mantiene como primer medio de información de confianza para el 54% de los encuestados, esa cifra era del 76% de hace dos años. Detrás de esa caída está tanto la negativa imagen surgida a través de los últimos escándalos (como el de las preferentes) como la reestructuración financiera, si bien para Rengifo, el mantenimiento de las entidades bancarias en primer lugar es fruto de que “han hecho un gran esfuerzo en la formación de sus profesionales en los últimos años”. El asesor financiero (no bancario) y las redes sociales han ganado importancia, y el primero se perfila como la segunda gran fuente de información de mayor confianza, con el 41% señalando esta tendencia. Para contrastar la información recibida, los ahorradores acuden a Internet (37%) y a sus familiares y amigos (29%).