Magallanes Value Investors cumple cinco años, el período que constituye el horizonte temporal mínimo que recomiendan para los inversores que eligen sus fondos. Así lo ha recordado Iván Martín, director de inversiones de la firma, durante el Día del Inversor celebrado en Madrid. “En nuestro quinto año empiezan a tener sentido las rentabilidades que ofrecen nuestros fondos”, ha dicho -tras explicar que, en el primer trimestre del año,- han alcanzado un nivel de inversión del 97% porque han visto muchas y muy variadas oportunidades de inversión en diciembre del año pasado. «No las habíamos visto en mucho tiempo», ha dicho Martín.
Respecto a las rentabilidades alcanzadas por sus fondos de inversión, Martín cree que hay que contextualizarlos en un entorno de baja inflación y donde no hay alternativa de inversión sin riesgo. Así, la cartera ibérica, Magallanes Iberian Equity, ha alcanzado una rentabilidad anualizada del 9,2% frente al “nada” del mercado, mientras que la europea, Magallanes Acciones Europeas, ha obtenido un 8% anualizado, a pesar del mal comportamiento del año pasado. “La buena noticia es que en el largo plazo es capaz de recuperar esas pérdidas”, ha destacado Martín.
Respecto al fondo de microcaps, Magallanes Microcaps Europe, que acumula dos años de rentabilidad negativa, Martín ha insistido en que el horizonte temporal aquí es de 7 años y “lo que venimos diciendo es que lo deseable son diez”. Con todo, afirma que su potencial de revalorización está en el 100%. “Nunca ha sido tan alto aunque hay que tener en cuenta que solo tiene dos años”, ha defendido Martín.
Con un patrimonio que alcanza los 2.000 millones de euros (concentrado en un 60% en patrimonios familiares, 25% institucionales y 15% particulares) y una base de 19.000 clientes, la gestora lanzó a finales de 2018 un nuevo fondo, Magallanes Impacto, el primero de este tipo que proporciona liquidez. “Es un fondo de inversión libre con rentabilidad económica y social dirigido solo a profesionales con una inversión mínima de 100.000 euros y cuya cartera está todavía en construcción”, ha explicado Blanca Hernández, CEO de la firma. Al margen de este lanzamiento, la gestora descarta ampliar su gama de fondos con otros vehículos. «No creemos que tengamos que lanzar nuevos fondos para seguir creciendo», ha añadido Hernández
Los inversores tienen la obligación moral de invertir
En opinión de Martín el mercado está «en unos niveles que recuerdan a la anterior burbuja tecnológica. Lo caro se está volviendo más caro y lo barato, más barato». En este contexto, Martín cree que «la inflación nos lleva a una obligación financiera y casi moral de invertir, de poner nuestro dinero a trabajar. Si, además, uno quiere hacer crecer más sus ahorros, debe invertirlo en bolsa porque es el único activo capaz de crear riqueza en el largo plazo». A este respecto, la clave no está en si se debe invertir o no en bolsa sino en el momento para hacerlo y nuestro horizonte temporal. «Si nuestro horizonte temporal es diario la bolsa es lo más parecido al casino», asegura Martín.
El porcentaje de empresas sin analizar sigue aumentando
Una de las consecuencias de la entrada en vigor en 2018 de MiFID II ha sido el aumento en el porcentaje de empresas que han dejado de ser objeto de análisis. «En el último año ha pasado del 24% al 25% el porcentaje de empresas que se han quedado sin cobertura por parte de los analistas. Esto nos beneficia porque tenemos más donde pescar», ha explicado Martín.
Uno de los sectores por los que siguen sin apostar son los bancos. «En los bancos la alineación de intereses es más cuestionable. Estamos dispuestos a dejarlos correr porque la banca se enfrenta a unos desafíos que son difíciles de gestionar, tienen una mochila muy cargada de recursos que está pensada para otra época y transformar esto va a costar mucho. Eso sí, necesitamos subidas de tipos de interés para que el sistema financiero funcione, los bancos hoy no solo se mueven por su negocio sino por la cartera de bonos que tienen», argumenta Martín.
Respecto al debate entre gestión activa y pasiva, Martín opina que, «es bueno que haya gestión pasiva porque desenmascara la falsa gestión activa. Lo que encontramos en el mercado son fondos de gestión pasiva que se venden como activa».
La dificultad de ampliar el equipo de gestión
Partiendo de que «no hay correlación directa entre grandes equipos y grandes resultados», Martín afirma que no le interesa dejar de gestionar carteras para gestionar personas. En este sentido, reconoce, además, que no es fácil encontrar el perfil adecuado para incorporar otro gestor a la firma. «No es fácil, tiene que tener una ética, sentir una pasión porque esto no va de tener una carrera, tres másters y hablar 23 idiomas» explica.