La historia del mercado europeo de fondos arrancó en 1987 y estuvo encabezado por Luxemburgo, que fue el primer país que implementó esta clase de vehículos de inversión colectiva. Básicamente, aquella primera directiva europea otorgó credibilidad regulatoria a los fondos de inversión e hizo que los fondos offshore fueran un vehículo ampliamente aceptado por los inversores minoristas.
Esto dio inicio a un periodo de crecimiento explosivo pasando de 300.000 millones de euros en activos bajo gestión a un mercado con 10 billones de euros, durante sus tres décadas de vida. “Hace treinta años, pocos habrían previsto el exitoso fenómeno en el que se han convertido los fondos UCITS. Los Undertakings for Collective Investment in Transferable Securities (UCITS) eran un candidato poco probable para ser una marca por derecho propio, sin embargo, hoy en día es uno de los vehículos financieros más reconocidos de la Unión Europea y que mantienen los inversores residentes en más de 70 países de todo el mundo”, destaca Denise Voss, presidenta de la Asociación de la Industria de Fondos de Luxemburgo (ALFI, según sus siglas en inglés).
Desde la institución europea estiman que esta clase de vehículos seguirá creciendo. Según el informe que ha elaborado ALFI a raíz del 30 aniversario de los UCITS, los activos bajo gestión tienen un potencial de crecimiento de una tasa compuesta anual del 5% para las próximas tres décadas. Esta tasa de crecimiento cuadruplicaría su base de activos, que alcanzarían más de 42 billones de euros para 2048.
En opinión de ALFI, la industria crecerá en activos, pero seguirá marcada por la tendencia hacia la consolidación que hay actualmente, lo que provocará también una concentración en el número de fondos disponibles en los próximos 30 años. Según sus estimaciones y si continúa el ritmo actual de disminución, los fondos pasarán a ser 17.500 en 2048, aunque tendrán un tamaño promedio de 2.400 millones de euros.
El progreso de los UCITS está estrechamente ligado a las estructuras de distribución que existen en Europa y su evolución, que ahora está experimentando un cambio estructural con la aprobación de la directiva europea MiFID II. “Esta iniciativa regulatoria se implementó el 1 de enero de 2018 y su impacto total no se ha sentido en la industria europea. Si la nueva normativa acelerará o disminuirá el universo UCITS es algo que veremos a largo plazo, pero lo que es indudable es lo importante que ha sido su aprobación”, apunta ALFI en su estudio.
El liderazgo de Luxemburgo
Luxemburgo fue el primer país europeo en implementar la directiva que creó los UCITS en 1988, tanto es así que uno de los miembros más pequeños de la Comunidad Económica Europea se convirtió en el país de referencia para domiciliar estos vehículos de inversión, siendo ahora el mayor de toda Europa. Los UCITS se han convertido en un estándar regulatorio aceptado para los fondos minoristas en los mercados de todo el mundo, muestra de ello es que los mercados no europeos representan el 24% de los activos UCITS. “Como uno de los principales tipos de fondos a nivel global, casi dos de cada tres UCITS distribuidos de manera transfronteriza son de Luxemburgo. Muestra de este liderazgo es que hoy día Luxemburgo alberta el 36% de los activos invertidos en UCITS”, añade Voss.
La primera década de UCITS podría decirse que tuvo una orientación más paneuropea que transfronteriza. Fue una oportunidad para que los bancos europeos experimentasen más allá de su rol como entidades depositarias y, por primera vez, se posicionasen con productos de ahorro a largo plazo y de inversión más allá de sus fronteras.
Resiliencia a las crisis
Esta primera fase de expansión tocó fondo tras la crisis de las “puntocom” a finales de la década de los 90. Tras superar la peor parte de la crisis, la recién creada eurozona en el 2000 y la posterior ampliación de la Unión Europea para abarcar nuevas naciones de Europa del Este en 2004, llevaron a una rápida expansión del interés en los fondos de renta variable europea y de la eurozona. Esta vez, sin embargo, las firmas transfronterizas fueron las principales beneficiarias.
En su breve historia –al fin y al cabo 30 años apenas es nada–, los UCITS han demostrado una gran resistencia a las crisis del mercado. Marcados por la gran crisis financiera de 2007-2008, la tercera década de la historia de los UCITS comenzó con el viento en contra. Con los mercados fuera de control, fueron años de reembolsos sin precedentes para la gran mayoría de los fondos, solo los monetarios aguantaron por su perfil de refugio.
Y la década que comenzó en las profundidades de la crisis financiera mundial generó una expansión acelerada del mercado europeo de fondos y un marco regulatorio más amplio. También dio lugar a la realización del sueño transfronterizo para aquellos pioneros que utilizaron las facilidades ofrecidas por Luxemburgo y Dublín para acceder a los mercados europeos con un único rango de fondos.
De cara a la siguiente década, lo que está sobre la mesa es la Unión de Mercados de Capitales, una iniciativa de la Unión Europea (EU) que podría ser tan importante para el futuro crecimiento de UCITS como la directiva original.