La gestora Amundi ha realizado un estudio sobre el impacto de los factores medioambientales, sociales y de gobierno corporativo (ESG por sus siglas en inglés) en la rentabilidad de las carteras, con el objetivo de determinar el impacto de ser un inversor ESG en el rendimiento de las carteras.
Dada la creciente demanda de este tipo de inversiones, la gestora ha analizado datos propios de 2010 a 2017 para estudiar el comportamiento de 1.700 compañías en cinco universos de inversión, correspondientes a los índices MSCI: MSCI North America, MSCI EMU, MSCI Europa-ex EMU, MSCI Japan y MSCI World.
Al analizar la rentabilidad y los criterios ESG (los resultados E,S,G a nivel individual y ESG en conjunto) de las compañías, Amundi ha concluido que el impacto de los criterios ESG en la rentabilidad, la volatilidad y drawdown (caída de una cartera desde que un máximo es registrado hasta que vuelve a ser superado) depende de tres factores: el periodo de observación, el universo de inversión y la estrategia de inversión. Según los resultados, entre 2010 y 2017, los criterios ESG tuvieron poco impacto en el riesgo de la cartera (volatilidad y drawdown), mientras que, por el contrario, fue crucial en términos de rentabilidad.
En general, la inversión ESG tendió a penalizar a los inversores ESG activos y pasivos entre 2010 y 2013. En contraste, fue una fuente de rentabilidad superior entre 2014 y 2017 en Europa y Norteamérica. Por ejemplo, comprando las acciones “best in class” (20% mejor clasificadas) y vendiendo las acciones “worst in class” (20% peor clasificadas) habría generado una rentablidad anualizada del 3,3% en Norteamerica y del 6,6% en la Eurzona en el periodo 2014-2017; siendo estas cifras -2,70% y -1,20% respectivamente entre 2010 y 2013.
En los tres pilares ESG, el factor medioambiental en Norteamérica y el factor de gobierno corporativo en la Eurozona fueron los que aportaron mayor rentabilidad. A partir de 2015, el aspecto social mejoró significativamente y ahora se valora positivamente por el mercado. En general, el estudio muestra que los criterios ESG no impactan en todas las acciones, pero sí tienden a influir en aquellas que son las mejores y las peores de su categoría (“best in class” y “worst in class”).
El mecanismo causal se basa en la dinámica de la oferta y la demanda, así como en el círculo virtuoso creado por el valor añadido intrínseco de los criterios ESG. El impacto en el rendimiento se debe al aumento de la demanda de los inversores por enfoques ESG, que generan flujos hacia las acciones “best in class”, que a su vez incrementan su precio y rentabilidad. La dinámica observada entre 2014 y 2016, con una tasa de crecimiento medio anual del 12% debería continuar.
Los resultados anteriores también son válidos cuando se considera la gestión pasiva, que genera exactamente los mismos resultados en términos del impacto de los criterios ESG en la rentabilidad de la cartera. Es posible por tanto un enfoque ESG en un marco de gestión pasiva, siempre que los inversores acepten un tracking error adicional pero controlado, en comparación con los índices ponderados por capitalización de mercado.
En octubre de 2018, Amundi anunció su plan de acción a tres años para reforzar su compromiso con la inversión responsable. En 2021, el análisis de ESG se integrará en el conjunto de fondos e iniciativas de Amundi, favoreciendo las inversiones en proyectos con un impacto medio ambiental o social. Al mejorar y desarrollar el análisis ESG, Amundi está convencido de que ayudará a los inversores a comprender mejor los grandes desafíos de este tipo de inversión.
Según Thierry Roncalli, Director de Análisis Cuantitativo, «este nuevo análisis confirma la dinámica variable en el tiempo del rendimiento de los criterios ESG. Dado que los precios de las acciones reflejan el balance entre la oferta y la demanda, nuestro análisis muestra que los criterios ESG influyen en el comportamiento de los mercados de acciones. Es evidente que los riesgos ESG “extra-financieros” se han convertido en riesgos financieros y que la dinámica actual de valoración de activos favorece a los inversores ESG”.
Vincent Mortier, Director Adjunto de Inversiones, cree que «este estudio confirma que la integración de criterios ESG genera un impacto tangible en el rendimiento de la renta variable en Europa y Norteamérica. Favoreciendo un enfoque ESG ‘best-in-class’, los inversores pueden beneficiarse de una estrategia de inversión que mejora el rendimiento a largo plazo de las carteras”.