La tecnología, el envejecimiento poblacional, la movilidad o las nuevas formas de consumo son algunas de las tendencias que las gestoras identifican a la hora de invertir. En común, las gestoras tienen la forma de entender qué es un megatendencia: una realidad significante y sostenible que supone un cambio estructural en los modelos de negocio o hábitos de la población, y que está sostenido por la tecnología, el compromiso de los gobiernos o por la cultura de la sociedad.
Ahora bien, cómo abordar la inversión en estos campos es lo que marca la diferencia entre unas gestoras y otras, así como entre sus estrategias. Desde Robeco defienden que acertar con el punto de entrada es fundamental para tener éxito a la hora de invertir en tendencias. “Creemos que este tipo de inversión tiene más sentido si se hace con un horizonte de largo plazo. Esto puede provocar que al principio infravalores el potencial que pueden tener algunas compañías, pero consideramos que es mejor identificar cuáles serán las empresas del futuro y eso requiere análisis y no dejarse llevar por las modas. Localizar qué o quién está detrás del cambio”, afirma Ed Vesrstappen, gestor de cartera de clientes de Robeco Global Consumer Trends.
La gestora apuesta por una estrategia de alta convicción y se muestra agnóstica con los índices. Su modo de invertir es top down a la hora de seleccionar aquellas tendencias que tendrán un impacto a largo plazo en la economía y una visión bottom up a la hora de seleccionar las compañías que mejor pueden monetizar esas tendencias. “En particular buscamos empresas que generan cambios estructurales y nos concentramos en las empresas que dentro de diez años sigan siendo líderes”, matiza Richard Speetjens, gestor del fondo Robeco Global Consumer Trends Equities.
Según Speetjens ahora mismo las tendencias en alza y más atractivas para invertir es la digitalización y el consumo. “Las plataformas de consumo, los medios de pagos digitales y el gaming son áreas con un gran potencial de crecimiento y de ingresos gracias a la implantación de la inteligencia artificial, la realidad aumentada y el internet de la cosas”, afirma. A esto se suma dos aspectos más que impulsarán su crecimiento: la creciente clase media de los países emergentes y la alta fidelidad de los consumidores.
Sin embargo, defiende que, en este momento del ciclo, hay que ser más selectivos porque también veremos mayor dispersión en los beneficios. Dentro del proceso de selección, la gestora selecciona compañías que tengan un modelo de negocio de calidad y sostenible, que estén en un entorno competitivo y en una industria en crecimiento y que superen los criterios ESG que la aplica la gestora.
Tecnología y finanzas
Uno de los sectores en los que Robeco ha puesto sus ojos ha sido en las fintech, para lo cual ha lanzado el fondo Global Fintech Equities. La gestora se centra en aquellas compañías que están cambiando el modelo de negocio de los bancos y de los servicios financieros. Esta tendencias se está desarrollando con fuerza gracias a las nuevas regulaciones, que aboga por la transparencia, y por la rápida asimilación del uso de la tecnología por parte de los usuarios. “No es un sector sencillo para invertir porque inviertes en el sector financiero y en tecnología, y muestra de ello es que no hay muchas gestoras que tengan estrategias de fintech. Nuestra cartera está formada por bancos, empresas tecnológicas, de pagos digitales y también de seguridad, uno de los grandes retos a los que se enfrenta este sector”, afirma Verstappen.
En su opinión, países como Aisa o India liderarán todo este crecimiento, así como una mayor colaboración entre los bancos, que son los que tienen los clientes, y las fintech, que son las empresas que tienen la tecnología. “El fondo permite un gran equilibrio porque los bancos son acciones más defensivas y la tecnología más agresiva. Sin duda, la digitalización en las finanzas es un fenómeno que no se puede parar y que llega casi diez años más tarde de lo que realmente tendría que haber llegado”, concluye el gestor.